Llego el Papa, nos hizo
su anunciada visita y se fue de regreso al Vaticano,
¿Qué fue lo bueno de su
visita? Trajo una fantástica oleada de esperanza de un pueblo mayoritariamente
cristiano, de todos los lugares, sin importar el color político, la raza o la
extracción social, mas de un millón de personas se reunieron para verlo y
escucharlo en Surco, mas de dos millones lo vieron en el Perú asistiendo a sus
diferentes presentaciones o esperándolo en su recorrido.
Dio su discurso en defensa
del medio ambiente, contra la corrupción, pidiendo atención a los miembros de
la tercera edad, pidió reconocimiento de los olvidados, nos hizo reflexionar
acerca del hecho que nuestros presidentes van a prisión acabado su mandato.
A pesar de los lamentos
por los 30 millones que costo al gobierno los arreglos para su visita, hay que
tener en cuenta que son gastos predecibles para atender a cualquier jefe de
estado en visita oficial, por otro lado, su visita hizo crecer la economía
nacional disparando la producción y venta de los artículos que su visita
impulso entre los fieles, así como los servicios que requirió la atención a
toda la gente que se movilizo desde diferentes puntos para poder verlo.
¿Qué fue lo malo de su
visita? No hizo ninguna referencia a los casos de abuso de niños por parte de
sacerdotes, cuando fue preguntado por ello, tuvo una mala reacción exigiendo
pruebas de las acusaciones, fue una respuesta insensata, demostrando su parte
mas humana, perdió el control; pudo ser mas diplomático, decir que como jefe de
estado no puede sobrepasar los limites de la justicia, hay procedimientos que
deben cumplirse y que cuando se demuestren las culpabilidades los responsables
serán castigados severamente, pero nos dejó una mala impresión en este tema.
No hubo ninguna
reacción al indulto del asesino Fujimori, a pesar que tenia conocimiento de las
condiciones en que este dio, y que su visita seria utilizada para convalidar al
gobierno en medio de una crisis política.
¿Qué fue lo feo de su
visita? Algunos alcaldes tomaron la decisión de levantar unas paredes con forro
plástico alrededor de las zonas pobres de la ciudad para evitar la vista
deprimente al santo padre; ¿no pensaron que don Francisco debería enterarse de
como vive la gente pobre de nuestro país? ¿no creyeron que el querría
comunicarse, relacionarse con la gente de esos lugares? ¿Por qué solo quieren
mostrarle las zonas bonitas del país?
El presidente del Perú,
el mismo que se somete ante la fuerza naranja, el mismo que negocio el indulto
al criminal, se colgó de la túnica del visitante, no le dejo solo ni un
instante, en todas sus presentaciones, en todos sus viajes, se ponía junto al
visitante, saludaba con la mano a la multitud que recibía al papa como si lo
saludaran a él, patética escena, vergüenza ajena.
Pero ya han pasado los
eventos, con el papa de regreso al Vaticano, volvemos a nuestra realidad, la
crisis política persiste, se convoca a nuevas demostraciones masivas contra el gobierno,
hay la amenaza de un paro nacional, estamos a la espera de la decisión de la
corte interamericana sobre la ilegalidad del indulto, pronto llegaran las declaraciones
de Barata sobre las coimas de Odebrecht, mas entidades y nuevas personalidades
se pronuncian contra el indulto, el gobierno ha perdido toda legitimidad, la
bancada fujimorista se divide y continua su lucha por el poder, se hacen
evidentes y grotescos sus intentos por copar las instituciones tutelares del
Estado; a todo esto hay que agregar el creciente descontento por la desatención
a las víctimas de del fenómeno del niño costero en el norte del país y las
desesperadas protestas de las poblaciones afectadas por las extracciones
mineras.
El panorama post papal
sigue siendo grave, si PPK creía que esta visita iba a tranquilizar el ambiente
político, se equivocó plenamente, no habrá indulto humanitario para este
presidente, su cabeza caerá mas temprano que tarde, y es la responsabilidad
ciudadana mantenerse alerta, continuar presionando con las movilizaciones, para
que esa caída no sea un simple recambio de rostros para seguir manteniendo el
sistema de inequidad que favorece la corrupción.
Una nueva Constitución
se impone como una necesidad prioritaria para el país, abolir la Constitución
impuesta por la dictadura del infame japonés, la que privilegia a los inversionistas
extranjeros sobre el interés de la nación, la que nos impone el neoliberalismo
salvaje como sistema económico; es hora de dar un paso adelante y devolver el
poder al ciudadano, arrancándolo de las manos de estos supuestos “representantes”
que velan solamente por sus intereses personales.
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