jueves, 4 de enero de 2018

PERDON Y RECONCILIACION


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La infeliz justificación para conceder el indulto al criminal ex dictador peruano fue un perdón de sus “errores” debido a su avanzada edad y una enfermedad terminal que lo consume en prisión; sin embargo, tan pronto tomó conocimiento del indulto sale en TV, muy recuperado, a dar las gracias por la gracia concedida y a los pocos días ya su hijo lo esta proponiendo como consultor de la bancada ¡¿?!
Luego del ilegal indulto, negociado con un ala del propio fujimorismo, tramitado entre gallos y medianoche, omitiendo todos los procedimientos legales y plazos establecidos, firmado horas antes de la navidad, con el infame propósito de evitar las manifestaciones de rechazo; la premier del baguazo sale en TV a hacer un llamado ¿a la reconciliación?

En primer lugar, habría que resaltar que lo que Fujimori cometió, no fueron “errores” ni “excesos” fueron asesinatos a sangre fría de mujeres y niños, fue el robo descarado de millones de dólares de las arcas fiscales, fue la corrupción total de las instituciones del Estado, solo por mencionar los más destacados.
Segundo, en su intención de justificar sus acciones el gobierno intenta engañarnos nuevamente con una inventada “reconciliación”, pero primero tendrían que revisar sus conceptos, pues reconciliación significa perdón mutuo, lo que en este caso significaría reconocer que hubo una guerra interna donde ambos bandos cometieron crímenes de lesa humanidad.
A continuación, tendrían que entender que el perdón no se activa simplemente con pedirlo; incluso los cristianos saben que no basta ir donde el cura y decirle: “padre he pecado, perdóneme” y el cura te va ha decir: “ok hijo puedes ir en paz tus pecados han sido perdonados”, no funciona así; el perdón tiene un procedimiento que tiene que ejecutarse para ser efectivo.
Primero tienen que reconocer la culpa, la confesión, en este caso admitir los secuestros, los asesinatos, el robo y a corrupción; segundo mostrar un sincero arrepentimiento y el compromiso de no volver a cometer tales actos, el acto de contrición, que en el proceso religioso va en primer lugar pero aquí se altera el orden; luego la penitencia, que tiene dos etapas, una el castigo, que es la pena carcelaria para el caso, una pena de restauración, no de venganza y odio, luego viene la reparación, que es monetaria para el caso del robo del patrimonio del Estado, pero no solamente monetaria para las víctimas, hay diversos mecanismos simbólicos que ya fueron propuestos por la CVR y hasta el momento no son aplicadas.
Confesión, arrepentimiento y penitencia, si no pasas por estas etapas no puedes pedir perdón; si quieres reconciliación, tiene que aplicarse el perdón en ambas partes.
Pero es evidente que el perdón y la reconciliación que pretende el gobierno no es con el país, no es con los ciudadanos, no es con las víctimas; el gobierno quiere pedir perdón al fujimorismo y reconciliarse con ellos; PPK quiere que le permitan seguir gobernando para arreglar las cuentas que tiene pendientes con la justicia, y continuar haciendo buenos negocios a costa del erario público.
Eso, Sr. Presidente, no se lo vamos a permitir, la ciudadanía ya está en las calles, no hubo nochebuena que detenga la indignación popular,  no solo en Lima, sino a lo largo de todo el país, no solo en el Perú, sino también en las principales capitales del mundo, ya los organismos internacionales se están pronunciando contra este indulto ilegitimo, somos decenas de miles hoy, pero pronto seremos cientos de miles y seguiremos creciendo, porque lo que Ud., ha hecho Sr, presidente es una pérfida traición al encargo que el pueblo peruano le encomendó en la segunda vuelta electoral, y ahora no bastara su llamada “reconciliación” porque ahora lo que la gente pide es que se vayan todos, porque se han desenmascarado en todo su infame contubernio el ejecutivo y el legislativo, porque ahora el ciudadano común ya no cree más en esta política neoliberal y lo que pide es una nueva constitución que defina la nación y devuelva el poder al electorado, arrancándolo de las manos de esta podrida clase política.


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