lunes, 12 de marzo de 2018

HABLO BARATA!



Jorge Barata
Después de un agonizante preámbulo, donde los implicados usaron todas sus artimañas para evitar que diera los nombres de los políticos “aceitados”, finalmente Barata dio su declaración a los procuradores peruanos, y dijo lo previsto, tiene las pruebas de que Odebrecht, a través de la “caja 2” financio a los partidos políticos que tenían posibilidades de acceso al poder, menciono a los Fujimori, Alan García, Toledo, Humala, y también a  Kuczynski, todos los políticos de primera línea están en la nomina de la empresa trasnacional; por  supuesto nadie es ingenuo de pensar que una gran empresa aporta millones del fondo de sus negocios por su gran sentido social, sin esperar una retribución, estos fondos no son más que una inversión de riesgo, si el candidato asume el poder obtienen privilegios en las licitaciones del Estado.
¿Pero que sucede ahora que se sabe la dirección que siguieron de los fondos de la corrupción? Nada.
Estamos en el Perú, donde el fujimorismo dicta sus ordenes al Congreso, y donde el Apra cobra sus favores disponiendo sentencias en el poder judicial; los cabecillas de las bandas criminales, llamadas partidos políticos, se lavan las manos orondamente señalando sin pudor a altos dirigentes de su partido o a testaferros como culpables de haber recibido los fondos, con el clásico “yo no sabía nada”, tan patéticamente esgrimido por los Fujimori para desligarse de Montesinos.
Es más, se dan el lujo de modificar la Constitución de la Republica, con un reglamento interno del Congreso, mediante una votación simple, hecha aprobar entre gallos y medianoche, solo para asegurar sus curules y mantener vigente esta especie de dictadura parlamentaria. 


Keiko ha convertido a la comisión de ética del Congreso en una guillotina para quienes le den la espalda; en primer lugar, recluto a sus congresistas entre gente con dudosa reputación, para así asegurarse sus lealtades, y ahora en su batalla contra Kenji usa esta arma para conservar su mayoría.
Ella quiere vacar a PPK, pero esta asegurándose de tener a Vizcarra bajo sujeción, controlando la censura de sus ministros.
 La clase política peruana, si cabe llamarla clase, esta podrida, es evidente que dan manotazos de ahogado por todos lados, pero el sistema puede aceptar una crisis, mas  no su extinción, ya los medios, de la cadena Graña y Montero, están promocionando su relevo, de pronto aparecen en las encuestas ilustres desconocidos como Guzmán con sus moraditos levantando las banderas sionistas, o Barnechea el ex candidato a alcalde de Lima por el Apra, como outsiders dispuestos a ingresar con las manos limpias, protagonistas del recambio neoliberal.
Por supuesto que la “comunista” Verónica Mendoza tiene que ser bloqueada, por “terrorista”, poe “chavista” ya que el cambio constitucional que propone implica la desarticulación del sistema de representación que sustenta su poder, y además está planteando una política de equidad social que menoscabaría las ganancias de las grandes empresas, y eso no es aceptable desde ningún punto de vista.
La pregunta que surge es: ¿seguirá mucha gente dejándose embaucar por un táper y una bolsa de arroz?...  ¿hasta cuándo?


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