martes, 19 de enero de 2016

VERONICA SI……VERONICA NO, Hagamos frente al Frente



Las elecciones presidenciales en el Perú continúan siendo un gran circo, los candidatos mayores son los mismos dinosaurios de siempre, con las mismas mentiras habituales, solo con un mayor prontuario delincuencial; sin embargo el ciudadano común parece no encontrar ninguna opción diferente, el sentimiento extendido parece siempre ser elegir el mal menor, como en las elecciones municipales precedentes, “roba pero hace obra”.
Desde hace unos años atrás el instinto popular ha sido buscar alguien no comprometido con los partidos políticos tradicionales, un “outsider”, como tabla de salvación contra ese círculo vicioso de “políticos profesionales”, pero chocamos con la realidad que ningún “outsider”  puede escapar de los engranajes del sistema, una vez que entran en el espacio político son devorados y resultan siendo peores que los viejos conocidos.
La izquierda está ahora reinventándose y tratando de presentar una candidatura de unidad, una unidad aun endeble y llena de obstáculos ridículos para la etapa posmoderna que estamos viviendo, pero aún hay mentalidades que moldear dentro de lo que debería ser la vanguardia del cambio revolucionario de una sociedad tradicionalista como la nuestra; sin embargo hay que anotar que son pasos positivos los que se están dando.
Sin embargo, no nos engañemos, la candidatura de Verónica tiene puntos muy positivos, como ser una genuina representante de su generación, la juventud es una fuerza palpitante en estos momentos en el país; además cuenta a su favor no tener un pasado político oscuro y vergonzoso como la mayoría de sus mayores; es también una mujer carismática y muy inteligente tal como se ha presentado en la cobertura mediática.
Aun así,  su candidatura tiene que arrastrar con la pesada carga que significa una imagen ligada a los “comunistas” lo que es casi menos que decir “terroristas” gracias a la exitosa campaña mediática de Montesinos, que durante la década Fujimorista convirtió en tales a cualquier tipo de luchadores sociales; además representa a una izquierda con un historial de múltiples divisiones y luchas internas, la misma que demuestra no haber superado aun, solo tenemos que echar un vistazo a las grandes dificultades que puso cada grupo para llegar al acuerdo de unidad, la cual no abarca aun todo el espectro, ni se muestra tampoco muy sólida que digamos.
 Algo más importante, a pesar de su discurso muy coherente y su habilidad para desenvolverse en las entrevistas, no presenta un plan muy concreto para detener el avance neoliberal, entramos en el mismo juego de todos los candidatos, muchas promesas y buenas intenciones, pero poco realismo en cuanto a forma como esto se va a construir.
Toda la izquierda ha levantado siempre las banderas del antisistema, pero en la realidad seguimos pegados al sistema, seguimos insistiendo en querer entrar al sistema, luchamos por ser aceptados dentro del sistema, como en la monarquía constitucional inglesa, los liberales fueron aceptados en el parlamento como la leal oposición de su majestad.
 Es que solo tenemos que imaginarnos el escenario posible si Verónica gana las elecciones y se convierte en la primera presidente mujer y de izquierda en el Perú; en primer lugar no contaría con una mayoría calificada para gobernar con tranquilidad, segundo las pugnas internas dentro del frente por las cuotas de poder dentro del gobierno terminarían debilitándola aún más, tercero no cuenta con una estructura partidaria a nivel nacional que le sirva de respaldo a las medidas de gobierno que deba tomar, cuarto, y no menos importante, tendrá que enfrentar la recesión que la huida de los capitales extranjeros crearan para debilitar su gobierno.
Y es que estamos tratando de enfrentar al toro jalándole por la cola en vez de tomarlo por las astas, seguimos tomando el hecho de ganar unas elecciones como una meta, ¿y después que las ganemos qué? ¿Cómo vamos a organizar una fuerza de gobierno capaz de concretar las promesas hechas? ¿Quiénes son nuestros amigos y quienes nuestros enemigos para lograr las alianzas necesarias? ¿Cuáles son los puntos negociables y cuales los principios irrevocables? Proponemos una Constituyente para crear una nueva Constitución ¿pero qué  concretamente proponemos para la nueva Constitución que signifiquen reales cambios sociales? ¿Hasta dónde logramos  comprometer al ciudadano común con los cambios necesarios para salir del atolladero donde nos encontramos?
Solo tenemos que ponernos a pensar un poquito en cuanto es lo que realmente vale nuestro voto; aquí donde en las elecciones ya nadie vota por el candidato de su preferencia, sino más bien votamos para que no salgan elegidos ciertos candidatos; parafraseando al expresidente narcoindultador: “no podremos hacer presidente a quien queremos, pero podemos impedir que sea presidente a quien no queremos”
Es una verdadera vergüenza que el ciudadano peruano tenga por opciones elegir como presidente a un asesino, un ladrón, un corrupto, una sinvergüenza, un lobista mentiroso, todos aquellos mencionados con altas posibilidades en las encuestas, muestran su amplio prontuario delincuencial; ¿qué nos dice eso del estado de la política peruana?
Votare por Verónica y el Frente Amplio porque es la opción más honesta y prometedora, especialmente porque votar por ella es cerrar el paso a los delincuentes que se disputan la presidencia, pero no hay ilusiones dentro del sistema; construir una alternativa antisistema significa revolucionar la forma como se hace política, hacer una revolución no significa la reivindicación de la lucha armada, significa romper con ese círculo de autocomplacencia en que estamos inmersos y cambiar el modo de hacer las cosas, hay que entender que requiere mucho valor renunciar a la aceptación y el cobijo que nos ofrece un sistema consolidado y saltar a lo desconocido.
El Frente Amplio es un paso adelante, uno pequeño, queda mucho trabajo que hacer por delante, especialmente en levantar esa esperanza que requiere nuestra nación para crecer y creer que realmente se puede hacer las cosas mejor.
¡Vamos Verónica, tu levantas nuestras esperanzas!