lunes, 21 de abril de 2014

SOBRE LA LEY DE UNION CIVIL


 El país se encuentra dividido en cuanto a sus opiniones y puntos de vista acerca del matrimonio homosexual, o unión civil, como se ha denominado al proyecto de ley presentado ante el congreso. Aunque una mayoría se opone, es un considerable avance que se hayan abierto públicamente las discusiones a este respecto. Desde mi punto de vista hay dos factores esenciales que nutren la oposición al reconocimiento legal de estas uniones, la primera es la gran influencia de la iglesia católica, que por siglos ha rechazado este tipo de relaciones y las ha condenado como pervertidas y pecaminosas, la segunda es que la homosexualidad masculina, especialmente, se ha hecho conocer más bien por el lado de la prostitución, que por el lado de los sentimientos y la ternura del amor. Entonces, para abrir nuestra mente hay que recordar que, aunque por muchísimo tiempo han venido tratándose como sinónimos, género y sexo son conceptos diferentes, tenemos que empezar por reconocer que los géneros humanos son solo dos: masculino y femenino; pero que la sexualidad en ambos géneros puede expresarse en diferentes maneras, los roles del hombre y la mujer son intercambiables, no solo en el campo de la actividad sexual, la historia nos muestra como estos roles han cambiado drásticamente desde la antigüedad; desde la mujer que cultivaba los vegetales y amamantaba los bebes, mientras el varón salía a cazar la carne para el alimento de la tribu: la mujer que preparaba los alimentos, criaba los hijos y cuidaba la casa mientras el varón salía a guerrear para conseguir riquezas, la mujer dedicada a su hogar, cocinar, lavar, planchar, cuidar a los hijos, mientras el varón sale a trabajar en la fábrica o los negocios; todo esto ha ido cambiando y evolucionando, vamos aprendiendo nuevas cosas; ahora tanto hombres como mujeres pueden dedicarse a cultivar, construir, cazar, guerrear, la mayoría de jóvenes varones hoy sabe cocinar, lavar y planchar, y ayudan en la crianza de sus bebes, casi no hay roles exclusivamente femeninos, aunque el machismo social trata de defender reciamente algunos espacios. Luego tenemos que aprender a desalojar de nuestra mente la imagen del prostituto cuando hablamos del homosexual; condenamos la prostitución, tanto femenina como masculina, el escándalo y la conducta inmoral son aberrantes, no la defendemos ni la justificamos, si bien no la podemos prohibir, porque es una realidad que nos choca en la cara, y los resultados de una prohibición son más bien contradictorios en sus resultados, como comprobamos con respecto a lucha contra las drogas; tampoco tenemos que aceptarlas, comprobaremos que la mejor vía para luchar contra ello es la educación y el desarrollo económico; pero entendamos que el homosexual no es aquel que anda semidesnudo en las noches, por la calle ofreciendo sexo, homosexual no es lo mismo que prostituto, así como mujer no es igual que prostituta, la promiscuidad y el escandalo no son las definiciones de un homosexual; prostitución, promiscuidad y escandalo hay tanto en varones, mujeres, lesbianas, homosexuales y demás, pero no son lo característico de cada cual, no condenemos a los unos por culpas de los otros. Otro de los grandes óbices que se esgrimen para oponerse a estas uniones es el derecho a formar familia, esto parte de asumir que la homosexualidad es una enfermedad y que esta puede ser contagiada a sus semejantes; ciertamente, alguna parte de los homosexuales pueden llegar a partir de una errada distribución de hormonas, todo ser humano tiene por su ADN un determinado porcentaje de hormonas femeninas y masculinas, lo que en el proceso de procreación determinara su género, pero el porcentaje de homosexuales por este problema genético es realmente mínimo y discutiblemente se puede probar que sea hereditario; sin embargo la preocupación mayor es que los niños criados por padres homosexuales sigan el ejemplo de los mismos, lo cual, en primer lugar, es solo un indicativo del prejuicio existente de que la homosexualidad es pervertida y pecaminosa, por lo tanto condenable, y en segundo lugar deja de lado el hecho que si bien los padres tienen responsabilidad en la guía del pequeño en sus primeros años, es la educación y la sociabilidad con su hábitat lo que finalmente formara al niño; últimamente se está difundiendo un video donde una pareja de padres se queja amargamente porque viviendo en un Estado donde se han aprobado las uniones del mismo sexo, habían descubierto que en la escuela de su hijo de cinco años, tenían libros de texto donde les mostraban los diferentes tipos de familia: de padre y madre, de madres o padres solteros, y de padres homosexuales, y estaban totalmente escandalizados e impotentes para impedir que su hijo recibiera este tipo de información, y muestran este video como parte de la campaña para impedir que se aprueben las normas de unión homosexual; tendríamos que detenernos a pensar, ¿acaso no es la mejor medida para anular la prácticamente criminalización de la homosexualidad, justamente educar a nuestros niños desde temprana edad a entender que existen estos diferentes tipos de familia y que no empiecen a ser señalados, objeto de burlas y desprecio aquellos que pertenecen a estas minorías? Recordemos que en la antigüedad a los niños zurdos se les ataba la mano izquierda para evitar que la usaran, y que era supuesto que las personas zurdas eras posesas por el demonio, por el hecho de ser diferentes y ser minoría; aun hace pocas décadas atrás, las mujeres divorciadas, las madres solteras, los hijos adoptados, los hijos fuera del matrimonio, eran señalados, discriminados socialmente y sus derechos negados por la ley. Los conceptos de familia han variado mucho también en el transcurso del tiempo, de las comunidades de clan, donde los hijos eran compartidos por toda la comunidad, las sociedades matriarcales, donde la madre era el único referente genético y poseía el derecho de propiedad de la familia, luego la familia nuclear, padre, madre e hijos, las familias monoparentales, de solo un padre o madre que rige el hogar, las familias ampliadas, donde participan los abuelos, tíos, primos, la familia ensamblada, con hijos de matrimonios anteriores y las familias homoparentales, con padres del mismo género. La familia, como constructo social, viene adaptándose a los cambios estructurales de la sociedad que la genera, las mismas motivaciones que conciben la familia han sido variables a través de los tiempos, primero fue la conservación de la especie, la supervivencia, la defensa del clan, la anexión de territorios, la heredad del poder, la conservación de la casta social, la heredad de las riquezas acumuladas, el amor, el miedo a la soledad, la aspiración de construir un tronco familiar estable y exitoso, aún muchas de estas motivaciones pueden seguir manifestándose actualmente y en muchos casos en una combinación de motivaciones, determinada por los factores que estrechan la vida personal de los individuos. En conclusión, respecto a este tema tenemos que aprender a considerar cuatro cosas esenciales: Uno, tener en cuenta la diferencia entre género y sexo, respetando y aceptando las opciones sexuales de los otros. Dos, la homosexualidad no es una enfermedad que tiene que curarse, ni una perversión que tiene que condenarse, ni algún tipo de virus que puede contagiarse. Tres, homosexualidad no es sinónimo de prostitución, promiscuidad o escándalo, el sexo es una opción personal, privada e íntima. Cuatro, la familia como constructo social, ha tenido, tiene y tendrá, diferentes formas de acuerdo al grupo humano que lo engendra, y la educación, desde nuestras más recientes generaciones, es lo que hará de nuestro mundo un lugar más equitativo, responsable y tolerante del que actualmente tenemos.