Se intenta crear una
crisis interna en el Perú con la masiva llegada de refugiados venezolanos; su
objetivo, tratar de callar el escándalo de la corrupción que remece todo el
aparato político del Estado.
Debemos tener en claro,
por principio, que estos ciudadanos huyen de su país por la aguda escasez de
alimentos, medicinas e insumos para las industrias; ¿responsables? En primer
lugar el inhumano bloqueo económico impuesto por Estados Unidos, que en un desesperado
intento por deponer a Nicolas Maduro, someten a la población de ese país a un
cruento castigo, en la esperanza de que se rebelen contra su gobierno y ayuden
a derrocarlo, y en segundo lugar, es necesario decirlo, las erradas decisiones
políticas y económicas que toma el gobierno venezolano, buscando la
confrontación y polarizando las contradicciones, así como la falta de un plan alternativo
a la dependencia económica de las exportaciones de petróleo.
El éxodo venezolano se
produce en tres etapas, una primera en los principios del régimen, donde las
capas de la alta sociedad, empresarios, rentistas y funcionarios, que se ven
afectados por las políticas impuestas, se autoexilian en los países del primer
mundo, EEUU y Europa.
La segunda etapa
comienzo hace un par de años atrás, son los profesionales, técnicos, pequeños
empresarios, empleados de clase media, que no soportan más las estrecheces
económicas, y con los ahorros que logran juntar, emigran a países receptores en
América Latina, buscando un mejor futuro para sus familias; son los que llegan a
rentar una habitación, a poner un pequeño negocio o buscar un trabajo en las
tiendas o restaurantes de la ciudad.
La tercera oleada llega
recién este año, ya no son profesionales ni clase media, son los sectores mas
desposeídos, aquellos que lo han perdido todo por las deudas y la falta de
trabajo; estos que no tienen ni para pagar su pasaje para salir del país y se
desplazan caminando por las carreteras buscando la ayuda de los conductores en
su camino y de la gente de las poblaciones por donde transitan.
Vamos a aprender a ser
solidarios con estos ciudadanos, recordemos que también muchos peruanos, en
décadas pasadas, tuvieron que emigrar a tierras extrañas por razones
económicas.
Hay que desarticular
las patrañas de los psicosociales que nos dicen que el gobierno les asigna un
sueldo mínimo mas alto que al resto de peruanos, que les ofrecen seguro de
salud gratuito, que vienen a quitarnos trabajo, que son delincuentes y que
vienen a colapsar la economía.
Ciertamente que
ocuparan ciertos puestos de trabajo, entraran en competencia como muchos de los
desempleados que ya existen, también entraran algunos delincuentes porque como
en toda sociedad los hay, pero no es suficiente para calificarlos a todos.
La segunda ola de emigrantes
significa mas bien un empuje hacia adelante para nuestra economía, ellos rentan
apartamentos, abren pequeños negocios, consumen alimentos, ropa, bienes.
La tercera ola de
emigrantes presenta un problema mas delicado, ya que son personas que necesitan
todo tipo de apoyo, son gente sin recursos, en este punto el gobierno necesita solicitar
el apoyo de las organizaciones de DDHH, de la ONU, la OEA, la Cruz Roja, etc.
para brindar la ayuda humanitaria que este grupo necesita.
Por lo pronto,
constatamos que el gobierno venezolano ha puesto en marcha un plan para
repatriar a sus conciudadanos, el cual está siendo eficiente y es un buen paso
adelante.
La situación de estas
personas debe movernos a todos a la solidaridad, debemos tener claro que ellos
huyen de una insufrible situación a la que han sido sometidos por el implacable
bloque económico impuesto por el gobierno norteamericano.
Recordemos una vez mas
que muchos de nuestros compatriotas también emigraron, muchos tenemos amigos y
familiares que se encuentran viviendo en el extranjero, y podemos imaginar lo
que tuvieron que afrontar al llegar a un país ajeno.