¿QUIEN LE TEME A NADINE?
Desde hace un tiempo atrás se ha desatado una muy evidente
campaña mediática contra la imagen de Nadine Heredia, las acusaciones son de
usurpación de poder, persecución del protagonismo, matriarcado.
A sido obvio que el artífice de esta campaña es el
procesado Alan García, con doble
ganancia para él, por un lado cubre una cortina de humo, justamente en el
momento que caen sobre él varios procesos criminales, y por otro lado trata de
descalificar a una potencial adversaria para las elecciones presidenciales del
2016.
Sin embargo podemos
comprobar que no se trata mas que de
una campaña mediática, puesto que no existe ninguna función, decreto o
documento oficial, que la señora Nadine Heredia haya suscrito como
representante del gobierno tomando alguna decisión de Estado.
La persecución de un protagonismo propio, no es un delito ni
una falta, prácticamente todos los políticos de la escena tienen esa debilidad,
mal estaría señalar la paja en el ojo ajeno.
Y el matriarcado (figurativo, dando a entender la gran
influencia que ella tiene sobre su esposo),es una situación personal, que tiene
que ver con la relación de pareja, podemos criticarla o justificarla, pero no hay nada más que decir acerca de
esto.
Demasiadas personas que se han dejado influenciar por esta
campaña, apoyada especialmente por el monopolio mediático de El Comercio, le
acusan de ser ella quien toma las decisiones de gobierno, por encima de su
marido, sin haber sido elegida para ningún cargo; con un claro esquema mental
machista, que relega a la mujer a un segundo plano, subordinada a su consorte,
lo cual es comprensible en una sociedad como la nuestra que recién está
tratando de despegar de las estructuras sociales anacrónicas del siglo pasado, pero de ninguna manera justificable;
tenemos que entender que la mujer moderna no es más simplemente el ama de casa,
dedicada a cocinar, lavar, planchar y cuidar bebes; ya no le basta con ser “la
esposa de…..” o “la hija de…..” La mujer
moderna es una persona preparada intelectualmente y activa en todos los campos,
tiene un pensamiento, una opinión, y una decisión para hacer las cosas de una
determinada forma, tiene una vida propia.
El cargo de “Primera Dama” obviamente esta creado desde este
plano colonialista, es solo un cargo decorativo, sin funciones específicas,
donde sus actividades deben reducirse a aparecer sonriente junto a su esposo en
las presentaciones públicas, asistir a las ceremonias oficiales y de gala, y
administrar algunas obras de caridad; con toda razón una mujer moderna y de
acción como Nadine va a rechazar esa figura para si misma.
Se le ataca furiosamente por la gran influencia que tiene
sobre su esposo, porque simplemente se trata de hacer callar la boca a alguien
que resulta incómodo para cierto sector político, pero todos los presidentes
tienen consejeros, en diversos aspectos, que les plantean la situación, le
proponen acciones a tomar, y finalmente es solo el propio presidente quien
firma y autoriza dichas acciones o las rechaza; si en este caso la esposa es
una de sus principales consejeras, no debería ser extraño a nadie, existe la confianza de una pareja, tanto así
como los ministros, que son cargos de confianza, nombrados a dedo por el jefe
del Ejecutivo, comisionados a cumplir con
los objetivos que el gobierno se plantea, por tanto tampoco es extraño
que si alguno de ellos en cierto momento tiene planteamientos que entran en
contradicción con los mismos, se le pida que dé un paso al costado y renuncie.
En resumen, si una mayoría del pueblo llano, no conocía
quien era Nadine Heredia, todo aquel que medianamente conoce el campo político,
conoce que ella es una profesional muy competitiva, metida en la política desde
mucho antes que su esposo, a quien siempre ha alentado y aconsejado; que fue
ella quien construyo la imagen presidenciable de Ollanta, que trabajo a brazo
partido en el proceso de su campaña, que fue ella quien converso con los
dirigentes políticos de los diversos partidos para formar las alianzas que lo
llevaron al poder, ahora también convertida en presidente de un partido
político, y que, por tanto, se ha ganado
su espacio propio en el espectro político del país.
Otra cosa es criticar sus puntos de vista, los
fundamentos de las acciones que ella
apoya, es positivo criticar su pensamiento y consejos equivocados, y no
criticarla simplemente por pensar y aconsejar, yo particularmente no votaría por ella para
presidente, soy critico de muchos puntos que ella apoya, especialmente en la
intervención del gobierno en la situación de la minera Conga en particular y de
la política oficial en cuanto a las concesiones mineras en general; vuelvo a
repetir, disentimos en opiniones, pero defiendo su derecho a opinar.
Abramos pues los ojos y dejemos de convertirnos en cajas de
resonancia de las cortinas de humo
lanzadas por la maquinaria aprista para proteger a su siniestro “jefe de banda”
y seamos más responsables sobre lo que los políticos quieren hacer con nuestro
país.