domingo, 11 de octubre de 2020

¿FETO O EMBRION?

Muchos países, varios de ellos latinoamericanos, están aprobando leyes que permiten el aborto; ante esta situación miles de personas salen a oponerse a dichas leyes bajo la consigna de estar “en defensa de la vida”.

En primer lugar, deberíamos responderles que, más allá de sus respetables creencias religiosas, inculcadas durante siglos de colonización española, el Estado tiene la obligación de honrar las leyes de la ciencia, esa misma ciencia que, pese a las condenas y excomuniones de la Iglesia Católica, ha logrado extender el periodo de vida de la humanidad, así como mejorar notablemente las condiciones de su existencia.

Y la ciencia nos dice, hasta los mas recientes estudios, que la vida humana solo se presenta en el proceso de gestación hasta después del tercer mes desde la fecundación, en las etapas anteriores a este período encontramos un huevo cigote y luego un embrión, los cuales no configuran como ser humano, es solo posteriormente cuando se forma el feto que podemos identificar un bebe.

Es por esta razón que los laboratorios genéticos, las clínicas de infertilidad y otros centros médicos son permitidos de experimentar con los embriones humanos, en las clínicas genéticas se crean embriones humanos, in vitro, fertilizando huevos femeninos con esperma masculino y se separan los embriones que demuestran ser perfectamente saludables en las pruebas a las que se someten, para venderlos a madres infértiles que desean procrear y se desechan los embriones defectuosos; no se esta manipulando seres humanos, son solo embriones.

Tratar de identificar al ser humano desde la fecundación es tan disparatado como querer identificar un huevo de gallina con un pollo, ciertamente un huevo podría convertirse en un pollo, pero no lo es por sí mismo, de la misma manera un embrión es una de las fases de la gestación que podría generar un ser humano, pero no lo es.

La legalización del aborto permitirá truncar el proceso de gestación hasta el tercer mes de embarazo, extirpando el embrión del útero materno, ciertamente extraer un feto sería cometer un asesinato a sangre fría, pero el aborto legal aparece justamente para evitar que personas irresponsables cometan estos actos de barbarie clandestinamente.

En segundo lugar, hay que decir que “en defensa de la vida” se promueve esta ley, pues las estadísticas nacionales muestran que más de cincuenta mil mujeres fallecen anualmente a consecuencia de malas practicas cometidas durante abortos clandestinos.

Legalizar el aborto significa brindar a esta gran cantidad de mujeres la oportunidad de acceder a instalaciones medicas que cuenten con un mínimo de protocolos de sanidad y seguridad en sus intervenciones; esto significa salvar miles de vidas de un proceso en curso que no se va a detener solo porque está declarado ilegal.

También servirá para que mujeres con embarazos detectados con severas anormalidades genéticas puedan decidir si desean continuarlo o desecharlo.

El aborto legal va a permitir que miles de niñas que han sido embarazadas producto del abuso sexual, no pierdan su infancia, ni vean cortadas sus aspiraciones de vida por una situación que ellas no han buscado, de la cual no tienen control.

Asimismo, permitirá que las mujeres embarazadas producto de violaciones, puedan legalmente terminar con ese proceso indeseado y que solo traerá más dolor y vergüenza a sus vidas, además del daño ya causado.

Y para esos que piensan que se puede evitar el aborto simplemente usando protección durante las relaciones sexuales, habría que hacerles ver la realidad de gran parte de nuestro país, más allá de Miraflores, San isidro, Jesús María, Magdalena y demás distritos centrales; ya ni siquiera hablar de la alta serranía o de la selva baja, sino en la misma periferia de Lima Metropolitana.

El entorno creado por una sociedad predominantemente machista, donde la miseria económica hace de la educación un lujo difícil de alcanzar, creando una miseria moral que la acompaña indefectiblemente; esa vida miserable que hace que cuando la mujer le pide a su pareja que use un preservativo, le conteste que no se siente igual y no le gusta usar protección porque “son cojudeces” y cuando ella quiere cuidarse con pastillas anticonceptivas, su pareja le increpe que “lo que quiere es salir a putear con cualquiera sin peligro de embarazarse”, que cuando ella no desea tener relaciones su pareja le increpe que: “para eso eres mi mujer, si no me voy a buscar otra en la calle” y que cuando tratan de salirse de ese circulo de sometimiento en el que están inmersas, saltan de la sartén a las brasas, porque se arriesgan a caer en el siguiente circulo de la violencia física, poniendo en peligro la propia vida en muchos casos, además del potencial abandono del principal sustento económico para la familia. No señores, no es tan fácil como simplemente decir no quiero, o decidir usar protección anticonceptiva, ojalá lo fuera.

Por último, para aquellos que temen que una legalización del aborto provocará que muchas mujeres puedan recurrir a ello después de “una noche loca” para no hacerse responsables de sus malas decisiones, habría que hacerles tomar conciencia de lo traumático que es este procedimiento, y que, aún en las condiciones más favorables, toda cirugía conlleva un riesgo de vida; ya que nadie en su sano juicio podría desear pasar voluntariamente por una circunstancia parecida.

El aborto legal es solo una forma de salvar vidas, por eso es “provida”, salva las vidas de las madres abusadas, salva las vidas de las mujeres violadas, salva las vidas de las niñas que de otro modo perderían su infancia, ninguna mujer debe verse obligada a vivir una vida que no ha escogido.

¿Aborto gratuito, financiado por el Estado?, si, debe ser gratuito para las mujeres violadas, porque es el reconocimiento de la falla del Estado en preservar la seguridad del individuo; para el resto, quienes tengan recursos pueden acudir a las clínicas de su referencia, y para los de bajos recursos acudir al centro de salud de su localidad y poder pagar precios accesibles incluso haciendo uso del Seguro Integral de Salud.  

Ser madre es a la vez un privilegio y una responsabilidad que debe ser tomada seria y voluntariamente.

Ciertamente legalizar el aborto es solamente un paliativo para un problema social estructural, una solución definitiva pasa por reforzar la sensibilidad humana de nuestra población mediante un sistema educativo de calidad, con cursos de equidad de género y de educación sexual desde temprana edad, esto significa un trabajo planificado desde las instituciones de gobierno para crear unas generaciones de ciudadanos responsables, con valores morales modernos y eficientes, capaces de construir una sociedad justa y sostenible; pero esto es un proceso que, en el mejor de los casos, veríamos sus resultados en un par de décadas, mientras que el problema grave requiere una respuesta urgente e inmediata para detener un flujo de mortalidad sin sentido.

 

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