viernes, 5 de noviembre de 2010

Abramos las puertas a la democracia municipal en Lima

Estamos recibiendo recién los resultados oficiales al 100% de la ONPE, dando como ganadora en la alcaldía de Lima a Susana Villarán, un resultado claramente esperado, a pesar de las argucias legales esgrimidas ante la ONPE; dicho resultado debe dar mucho aún que pensar para  mucha gente.

Es cierto pues, como afirman los simpatizantes de Susana, que este triunfo abre un espacio importante para las fuerzas de izquierda, ya que empieza a desdibujar el fantasma del terrorismo que empaño durante tanto tiempo cualquier propuesta que proviniese de este sector, la población se está dando cuenta que la derecha siempre gritará: “viene el lobo…. viene el lobo”, recurriendo a la trágica huella de sangre que dejó Sendero Luminoso en la historia peruana, con la finalidad de acallar cualquier oposición a su proyecto económico neoliberal a ultranza.
Pero también es cierto lo dicen sus adversarios, que Fuerza Social consigue su triunfo a través de una alianza de agrupaciones de muy distinta índole, cuyos intereses en común quizá no sean de la amplitud suficiente como para mantener una sólida unidad en el manejo del municipio limeño, lo cual dejaría la política municipal en manos del poder que el carisma de la alcaldesa sea capaz de convocar, lo cual predice un situación muy desfavorable, para Susana, para Fuerza Social, para la izquierda, para Lima y para el país entero finalmente.
Una realidad que debería ser patente para todas las fuerzas de izquierda en este momento es que la aun no inaugurada gestión municipal se convertirá, para la gran mayoría de la población, en la vitrina en la cual estarán observando  los valores y las capacidades no de Susana Villarán, no de Fuerza Social, sino de la izquierda en general como proyecto político; es por esta razón, muy importante que sus líderes y responsables estimen la cohesión del grupo dentro de este proceso; resulta esencial que esta estrecha brecha que se ha abierto en el espectro político, sea ampliada y se consolide, y ello requiere desarrollar no solo una eficiente gestión municipal, lo que ya sería un buen comienzo, sino que requiere de audacia y creatividad, no podemos volver a dejar que la derecha retome la iniciativa política, hay que estar siempre un paso adelante, empezar a plantear los cambios necesarios para el quiebre de timón, iniciarlos de lo pequeño a lo grande, desde adentro hacia afuera, paso a paso, pero ¡empezarlos ya!
Las promesas incumplidas, los discursos engañosos, la retórica vacía tienen que terminar; retornar la política hacia el pueblo, dándole los valores que la palabra democracia lleva intrínseco; esto naturalmente implica que no podemos pensar en la alcaldía de Lima como un trampolín hacia las elecciones generales del 2011, eso sería el más grave error, al que sin embargo las mentes cortoplacistas de nuestros políticos locales nos tienen acostumbrados.
Hay que pensar en hacer de este gobierno municipal un modelo, no solo político, sino económico y moral,  un modelo digno de ser replicado en otras localidades y en otras organizaciones e instituciones; plantear el modelo y sustentarlo en teoría y con la práctica, publicarlo y demostrarlo, porque esa va a ser la llave que abra las puertas para un cambio radical en el sistema político del país y solo esto puede hacer la diferencia entre lo que hemos sido y lo que queremos ser. ¡Atrevámonos a hacerlo!

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