Soy de la opinión que este debate debió haberse dado
en forma interna, de manera confidencial, entre los principales dirigentes del
FA; pero la discusión ya ha trascendido los límites de la organización y
actualmente los medios están interviniendo y opinando al respecto, con el
consecuente daño que ello significa para la
imagen política de nuestra organización.
La situación es la siguiente, debido a la
improvisación de última hora, las alianzas que conformaron el FA no tenían el
tiempo suficiente para recolectar las firmas necesarias para su inscripción
electoral, en este contexto Tierra y Libertad ofreció su inscripción electoral,
ya lograda con anticipación, para que la alianza pueda participar, para lo cual
simplemente presento ante el JNE una solicitud de sus representantes legales
para cambiar el nombre de la organización TyL a Frente Amplio.
Después de terminado el proceso electoral, y
debido al éxito político obtenido a nivel nacional, se hace necesario abrir el
FA hacia todos aquellos que participaron y apoyaron la campaña con la finalidad
de consolidar el espacio conquistado y comenzar a crecer con miras a los
próximos procesos eleccionarios, sin embargo ahora los representantes legales
ante el JNE del FA (ex TyL) se niegan a abrir la inscripción de nuevos
militantes y que se pueda elegir nueva dirigencia, bajo el reclamo que ellos
prestaron “su casa” a los invitados pero no van a permitir que estos se
apoderen de ella.
A los militantes de TyL se les ha explicado que
no dejaran que la organización se diluya en el FA y perder los objetivos
ecologistas que han sido siempre su rango distintivo, y puesto que el FA y TyL
son proyectos diferentes, ellos defienden su espacio político impidiendo el
ingreso de personas ajenas a su proyecto, cerrando la inscripción de nuevos
miembros.
El punto es que si realmente lo que algunos
quieren es rescatar el espacio de TyL están en pleno derecho de hacerlo, no
creo que nadie les haya planteado que disuelvan su organización para integrarse
al FA, TyL seguirá existiendo y actuando como una organización independiente,
el que este dentro o fuera del FA no tiene mayor relevancia.
Si la preocupación es que si para continuar su
trabajo político, necesitan el registro electoral que voluntariamente
ofrecieron para la campaña presidencial del FA, el procedimiento es muy
sencillo, al igual que hicieron inicialmente, basta con presentar un documento
al JNE solicitando nuevamente el cambio de nombre de FA a TyL.
Cualquiera de las dos opciones son plenamente
válidas y respetables, el FA necesita refundarse y adquirir una estructura
propia que le sirva para consolidarse en el espectro social y crecer
políticamente para participar en las elecciones que se aproximan; la
recolección de firmas no será un grave problema después del éxito obtenido con
la esperanza descubierta y el tiempo suficiente para lograrlo.
El problema sale a relucir si, alguna gente de
TyL, bajo el argumento de defender “su casa” pretenden quedarse con la
denominación legal del Frente Amplio, para aprovechar la performance electoral alcanzada, y no permitir que los
aliados participen en la dirección de la organización, tomando para sí mismos el
poder de decisión dentro de la misma.
Este tipo de acciones que se puede calificar
como una “criollada”, más bien típica de los viejos zorros de la política de
los 70’s, y no concuerda con el espíritu humilde y solidario de la juventud que
actualmente está construyendo este nuevo proyecto, esta nueva izquierda,
amplia, madura, moderna, que nuestra patria está reclamando.
En vez de la historia de “la casa prestada”
podríamos hacer la analogía con una cuenta bancaria, la cual yo voluntariamente
presto para que alguien de mi confianza realice sus transacciones a través de
ella, pero en cuanto ha recibido una cantidad de depósitos le digo, la cuenta
es mía así que el dinero que está depositado me pertenece; viveza criolla… ¿no?
No hay forma de justificar actitudes
infraternas como esta, el FA está atravesando
una etapa crucial, es el tiempo de construir y consolidar estructuras
que garanticen el crecimiento ordenado, con metas claras en tiempo y objetivos,
para esta nueva organización naciente; el Perú lo reclama y no deben defraudar
las esperanzas surgidas, hay que tomar decisiones y tomarlas ahora, ya que para
mañana la oportunidad se habrá perdido.