La noticia aparece como
que el grupo político Nuevo Perú provoca una nueva división en la Izquierda, separándose
del Frente Amplio que los llevó al Congreso; la realidad es que nunca hubo esa unidad,
el FA fue un acuerdo electoral de último momento para presentarse a los
comicios presidenciales 2016, el cual cumplió su función con un éxito inesperado;
gracias a la gran aceptación lograda y tres millones de votantes, se hizo el
esfuerzo para convertir este acuerdo en una organización política,
lamentablemente las apetencias de poder de algunos dirigentes brotaron
intempestivamente, en lugar de abrirse a la masa de simpatizantes que querían impulsar
un proyecto real de izquierda, se cerraron en si mismos, declarándose abiertamente
“dueños” del FA, copando posiciones y excluyendo a sus “rivales”; mucha
paciencia hubo para tratar de solucionar antagonismos y llegar a acuerdos que
permitieran conservar el FA y de esta manera no defraudar las esperanzas que
los millones de votantes depositaron en ellos; pero se veía venir, no son
diferencias programáticas o ideológicas las que los separan, son métodos de construcción
política, y con esto no se puede conciliar.
No hay enemigos en el
FA, que ahora resulta siendo simplemente el antiguo Tierra y Libertad, en realidad
muchos amigos y gente honesta y laboriosa aún continúan impulsando el proyecto ecologista
que fue la razón de ser de TyL; la separación de MNP es saludable, los proyectos
se diferencian y pueden desarrollarse sin interferirse el uno al otro.
El FA sin el liderazgo carismático
de Verónica Mendoza, Marisa Glave, Indira Huilca, Pedro Francke, Manuel Dammert,
Anahi Duran, Abel Gilvonio y muchos más, se queda sin figuras públicas, pero el
proyecto de TyL sigue vigente, y el trabajo político que han venido realizando,
especialmente en Cajamarca, es muy importante como para dejarlo atrás, avanzaremos
cada cual en su proyecto y con seguridad el desarrollo del escenario político hará
que volvamos a encontrarnos.
En el MNP debemos tener
muy en cuenta que la presencia en el Congreso no es el escenario más importante
de la política peruana, y que la campaña de recolección de firmas no es
simplemente el afán de llenar planillones, se trata de llegar a la gente con una
alternativa limpia y viable, cuyo objetivo es empoderar al ciudadano en el
gobierno del país.
Hay que ser realistas,
la unidad de la izquierda nunca va a surgir del acuerdo de algunos dirigentes, sentados en una mesa, entre
cuatro paredes, discutiendo cual es la cuota de poder que le corresponde a cada
cual; la verdadera unidad de la izquierda se va a imponer desde el campo agrícola,
desde la mina, desde la fábrica, desde la comunidad provinciana, desde el
barrio suburbano, desde la calle rebelde; es allí donde debemos centrar nuestra
atención y todo el trabajo político; demostrar que somos una alternativa
diferenciada y podemos hacer que nuestro país de aquel vuelco social que
necesita.
NUEVO PERU…. VAMOS POR
MAS!!!
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