El asesinato de una estudiante de sociología conmueve
al país, es una más de las tantas mujeres que son asesinadas por su condición de
mujer en el Perú, la cual fue ignorada por el Estado, por la policía y sus demás
instituciones.
Casi cuatro años tomo destruir la historia creada para
justificar su desaparición; no, no se fue con un hombre, no estaba con “la
cabeza caliente”, no estaba huyendo de nada ni de nadie, fue asesinada a sangre
fría.
El hecho que la mano asesina provenga de una mujer, no
revoca el carácter del feminicidio, cuya motivación ha sido, como siempre, la posesión
de la hembra por el macho predador, la mataron, no por robarle sus propiedades,
no por sus ideas políticas, no por una ofensa tomada, la mataron por su condición
de mujer.
Hace poco escuche anonadado, como una persona opinaba
en la radio, que el hecho de que la asesina de Solsiret haya sido una militante
feminista, destruye toda la propuesta del movimiento feminista; según este
extraño personaje, este hecho demuestra, a su entendimiento, que no solo los
hombres matan a las mujeres y que el feminismo solo aporta odio hacia los
hombres.
Dentro de esa lógica, si un militante de un partido político
comete un crimen, esto traería abajo todo el discurso político de dicha organización
y los miembros de la misma caerían en la misma calificación del trasgresor;
nada mas absurdo, solo imaginable en una mente afiebrada por una ideología pertinaz.
Hay que entender que el machismo es parte de una
cultura cultivada durante siglos, que esta entronizada en la mente de nuestra población,
es decir, no solo los hombres son machistas, sino que la mayoría de las mujeres
también lo son, es más, son las mujeres, en su papel de madres, quienes dan el
mayor impulso a la continuidad del machismo, inculcando estos esquemas sociales
equivocados a los hijos.
El machismo no va a desaparecer en el corto plazo, también
hay que ser conscientes de ello, pero esta constatación no desmerece en nada
absolutamente la lucha necesaria que todos debemos respaldar y desarrollar para
cambiar esta realidad.
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