sábado, 20 de febrero de 2016

LAS ELECCIONES Y LAS POLITICAS DE EMPLEO




 Uno de los primeros temas acerca de los cuales los políticos deben empezar a ser honestos es cómo piensan enfrentar el problema del desempleo, en todos los planes de gobierno los candidatos presidenciales en época de elecciones prometen impulsar aquellos sectores económicos que ocupan mayor mano de obra, como la mejor solución para crear nuevos puestos de trabajo.
En gran medida porque esto es lo que la gente quiere escuchar, sin embargo cualquier estudiante de ciencias sociales tiene que haber leído la Tercera Ola de Toffler y El Horror Económico de Vivian Forrester, lo que significa que no pueden  desconocer el impacto creciente de los avances tecnológicos sobre el uso de la mano de obra, la más alta tecnología significa el reemplazo de mayor cantidad  trabajadores, poniendo más desempleados en la calle; no hay forma de controlar esto, nadie puede hacerlo, cuanto más se perfecciona la máquina, hace el trabajo más fácil y sencillo, pero así como requiere de menor esfuerzo también disminuye la necesidad de intervención humana; por tanto mienten intencionalmente quienes prometen acabar con el desempleo, solo para no perder la preferencia de los electores.
Intentar  una solución al problema del desempleo apelando a manipular los sectores atrasados de la economía, aparecería como un intento de retrasar la historia, detener el progreso; es posible incrementar los puestos de trabajo temporalmente en estas áreas, lo que incluso nos lleva a juzgar la calidad de estos empleos, muchos de los cuales serán solo braceros mal pagados, en trabajos de estación, pero aun así, a mediano plazo, conforme estas áreas se vayan reactivando, ensancharan sus posibilidades de crecimiento y adquirirán mayor tecnología con el fin de aumentar su productividad, por tanto necesariamente tendrán que reducir el número de sus trabajadores para sobrevivir en el mercado.
Son dos las formas esenciales por las cuales se distribuye la riqueza de una nación, la primera por el trabajo a través de los salarios y la segunda por los impuestos a través de los beneficios que con ellos otorga el Estado a sus ciudadanos; en la primera línea de distribución está demostrado que no hay avance posible, en primer lugar porque la oferta de trabajo se reduce en  forma ostensible e imparable, y segundo porque el sistema de salarios diseñado por el neoliberalismo solo hacen más ricos a los ricos y mucho más pobres a los pobres, esa brecha entre pobres y ricos se hace más ancha y profunda con el tiempo y corre aceleradamente.
En este punto la base de la reconstrucción social está en la redistribución de la riqueza a través de los impuestos, invirtiendo la tasa de contribuciones para beneficiar a los de menores ingresos e incrementando la acción social del Estado.
Esto sería una solución justa e ideal si no pasara en primer lugar por tener un Estado eficiente y libre de corrupción; ¿una utopía? … no lo creo así, la tarea pendiente es devolver el poder de decisión política a los ciudadanos de quienes emana todo el poder del Estado,  arrancándola de manos de una elite política traidora que la detenta y ostenta como propiedad heredada.
Crear este nuevo tipo de Estado que nos represente como nación, requiere una nueva Constitución, que defina los poderes del Estado, las funciones de las instituciones que lo conforman y la forma de elegirlos.
Una circunstancia favorable que se presenta actualmente es que la nación actualmente se regenta bajo una Constitución inconstitucional, decretada bajo una dictadura para justificar su gobierno. Para ello es necesario comenzar a trabajar en conseguir una mayoría en el Congreso.
  



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