sábado, 17 de septiembre de 2016

EL FRENTE AMPLIO Y LA PATRIA QUE QUEREMOS



Se desencadeno todo un escándalo mediático a raíz de la negativa de Tierra y Libertad de abrir los padrones de inscripción a la multitud de personas, que a raíz del relativo triunfo del Frente Amplio en las últimas elecciones, desean sumarse al esfuerzo de construcción de esta nueva identidad.
Posteriormente se agrava la crisis con la separación de Marisa Glave, Pedro Franke e Irma Pfluker como representantes de TyL en el FA; acusados de no seguir las directrices que acuerda TyL.
Marco Arana y sus adeptos reclaman que los advenedizos quieren apoderarse de su organización y cambiar la correlación de fuerzas para sacarlos de la dirección, además que ellos son los propietarios de la inscripción legal y son fundadores del FA y tienen derecho a decidir que se hace dentro del FA.
Por último los defensores de TyL prefieren que el FA continúe siendo un frente de partidos porque así se minimiza el peligro de que caudillos personalistas traten de hacerse dueños de la organización.
Analizando los hechos tenemos que darle algo de razón a Arana, TyL impulso la creación del FA como fachada para las elecciones del 2016, incluso cedió su inscripción  legal ante el JNE para que el FA pudiera participar, pues como los acuerdos se tomaron a última hora, no había tiempo de recolectar las firmas necesarias para su inscripción, la inscripción de TyL cambio su nombre legal por el de FA, pero los representantes legales de la organización siguen siendo solo los de TyL;  nunca imaginaron el éxito que esta fachada pudo obtener, ¡más de tres millones de votos a nivel nacional!,  y veinte congresistas al parlamento, entonces es comprensible el temor que les abruma hoy, pueden perder la supremacía que tienen en el control del FA, dada la avalancha de simpatizantes que buscan organizarse bajo su bandera.
Pero a la luz de los mismos hechos podemos decirle a Arana que deje de temer, TyL es una organización muy diferente del FA, él y los demás dirigentes de TyL tienen el pleno derecho de decidir los temas dentro de su organización, la inscripción electoral que tienen ante el JNE es muy fácil de recuperar, pues tienen la representación legal, no hay ningún temor dentro del FA de salir a recoger firmas para su propia inscripción, es más bien una necesidad perentoria, el tema es que no pueden seguir jugando a ser TyL y ser el FA al mismo tiempo, los militantes de TyL tienen una agenda y un ideario muy concreto por el que han venido trabajando durante años, no merecen ser defraudados.
Es cierto que Arana y TyL impulsaron la creación del FA, congratulaciones a ellos por esto, más el FA que ellos ayudaron a crear, ya no es más la fachada electoral con la cual nació, el FA ha crecido exponencialmente y se ha convertido en mucho más que la suma de todas las organizaciones que la componen, se ha convertido en la materialización de una esperanza de justicia y honestidad para una gran parte del país.
El FA necesita en estos momentos dar el siguiente paso, necesita consolidarse como organización independiente, instalar sus comités a lo largo del territorio nacional, inscribir a sus miembros y empezar la  campaña hacia las próximas elecciones; para ello es fundamental la realización del congreso,  no poner límites a la inscripción, si existen 100 comités del FA en una sola localidad, bienvenidos sean, siempre que provean sus planillones de afiliados, cuantos más comités se inscriban significa más personas apoyando el proyecto y más aportantes, porque el proyecto del FA está actualmente en construcción, y son todas esas personas quienes lo están construyendo.
Si no logran resolverse las contradicciones con TyL acerca del uso del nombre FA, todos sabemos que el nombre, si bien ha ganado una posición en el espectro político actual, carece de valor sin el contenido que le dan sus actores principales; la gente común, la gente que nos importa, estará siempre tras Verónica Mendoza, Marisa Glave, Indira Huilca, Pedro Franke, Irma Pflucker, cualquiera que sea el nombre de la organización que dirijan, porque reconoce en ellos el esfuerzo de su trabajo y la verdad dicha sin atajos.
El FA tiene que convertirse en la organización de todos sus integrantes, más allá de las dirigencias de pequeñas organizaciones que se sumen al esfuerzo, nadie va pedir que las organizaciones se disuelvan al interior del FA, estas organizaciones seguirán participando dentro del FA porque sus militantes pertenecen al FA, pero no son las dirigencias de estas las que tomaran decisiones, si algo ha calado en la moral política del FA es que sus decisiones se toman por voto abierto de sus militantes, una enseñanza al país de lo que es la democracia plena.
Los partidos y organizaciones tendrán influencia dentro del FA en cuanto sus militantes participen al interior y puedan defender las propuestas que hayan acordado previamente en sus respectivas instancias, pero sin mandato de sus organizaciones, pues dentro del FA son miembros individuales como cualquier otro, las instancias de su partido funcionan dentro de los mismos, mas no para el FA.
El FA, más allá del nombre mismo, más bien como organización, particularmente como la representación de un conjunto de ideales, que significan la honestidad, la energía de la juventud, el afán por la justicia social y su identificación con la problemática del ciudadano de a pie, se ha convertido en el símbolo de una esperanza en el futuro del país; millones de personas desde los más alejados puntos de nuestro Perú, están apostando por esta oportunidad; no podemos permitir que un problema de caudillismos internos, rezagos de un pasado vergonzante en la izquierda nacional, pueda defraudar esta esperanza que está creciendo en nuestra patria.
El Frente Amplio va con todos, va con fuerza y vamos juntos por más ¡siempre!



sábado, 3 de septiembre de 2016

¿Es comunista la nueva izquierda?


Muchos izquierdistas actualmente responderían a esta pregunta escandalizados que NO, somos socialistas, somos progresistas, etc. no comunistas, y es que no hemos logrado aún superar ese temor irracional que la palabra comunismo despierta cuando, a raíz de la guerra interna, fue asociada indesligablemente al terrorismo.
Empecemos entonces por definir que es un comunista; la palabra deriva de la Comuna de Paris, un célebre alzamiento obrero que tomo el poder por un breve periodo en la ciudad luz, oponiéndose a las fuerzas napoleónicas y a la dictadura de Thiers, e instaurando un proyecto de gobierno democrático autogestionario a finales del siglo XIX, tres meses duro el proyecto antes que el  ejército francés retomara la ciudad, masacrando a los resistentes en un baño de sangre, de allí que se nombra comunistas a los seguidores de tales ideales.
Posteriormente Marx y Engels con su “Manifiesto Comunista” le dieron un contenido ideológico al término, con las definiciones de la dialéctica, la lucha de clases, el papel del Estado, la dictadura del proletariado,  entre otras.
Ciertamente que avanzado el siglo XX los regímenes de Stalin en la Unión Soviética, Teng Siao Ping en China, Pol Pot en Camboya,  y otros más alrededor del  mundo  le dieron al comunismo una imagen de dictaduras sangrientas; lo cual no dejo de ser oportunamente aprovechado por sus rivales capitalistas.
Pero actualmente después de la caída de todos esos regímenes supuestamente “comunistas” el mundo ha cambiado, el modo como las sociedades humanas están organizadas ha cambiado, es cierto que quedan aún algunos ortodoxos “revolucionarios” apegados a una doctrina anacrónica del siglo pasado, que continúan proclamando la lucha armada, la lucha de clases, la dictadura del proletariado, el partido único de clase, el Estado centralista autoritario, pero son realmente una minoría, la mayoría de las personas ya se ha dado cuenta que esa ideología es insostenible en estos tiempos, fue acertada y útil en las anteriores circunstancias, pero ya no van mas, la gente lucha hoy por ser escuchada, porque su opinión importe, y sus intereses son cada vez mas diversos, de acuerdo a sus entornos sociales, de modo que no hay una única e incontrastable verdad, hay muchas realidades que requieren diferentes respuestas en tiempo y lugar.
Hoy en día ser revolucionario implica romper con este sistema de explotados y explotadores, pero no imponiendo un cambio por las fuerza de las armas, autoritariamente, de arriba hacia abajo, sino por el contrario el movimiento va de abajo hacia arriba, organizando a  los ciudadanos desde sus propias bases, haciéndoles entender que sus derechos a la libertad, la justicia, el bienestar, no se los van a regalar, que tienen que salir a las calles para hacerse escuchar, que tiene que estar organizados y claros en sus metas para hacer sentir sus reclamos, y que la lucha por una mas amplia democracia es la herramienta para alcanzar esas metas.
Entonces, volvemos a la primigenia pregunta ¿es comunista aun nuestra nueva izquierda? Pues la respuesta la tienen sus propios dirigentes, ¿continúan ellos con el temor adherido por la identidad, creada por el SIN de Montesinos, entre comunistas y terroristas? ¿siguen pensando que los comunistas son la representación de esos partidos que gobernaron Stalin, Pol Pot, Kim Il Sung y otros? ¿o tendrán el valor de darle su primigenio significado de quienes lucharon por un gobierno autónomo y democrático en la Comuna de Paris?