He tenido discusiones
con amigos acerca de las formas de vida en nuestro planeta; en primer lugar,
acerca de lo que se considera una mascota, y es que sabemos que en China se
comen a los perros, en Cañete comen a los gatos, en Huancayo se comen a las
ranas; todo esto para mayor escándalo de muchos que acusan estas costumbres
como insanas.
Hay que estar de
acuerdo que es insano comerse a una mascota, ¿pero que es una mascota? ¿solo
perros y gatos pueden ser mascotas? Recordemos que en EE. UU. y Europa los
cuyes son considerados mascotas, que en la India las vacas no se comen porque
son consideradas sagradas, los musulmanes no comen cerdo también por razones
religiosas.
Pero si tomamos
seriamente el concepto de mascota, este no se refiere a una clase especifica de
animal, sino a la conexión sentimental entre el amo y el animal; tu adoptas
consciente y voluntariamente un animal como mascota, este puede ser un perro,
gato, pájaro, pez, reptil, un insecto, no importa el tipo de animal que sea,
sino la voluntad de tomar cuidado de él.
En ese sentido, no nos
comemos un pollo, si lo hemos adoptado como mascota, ni un lechón o un pez con
el cual estamos conectados; pero más allá de esto, por definición somos
depredadores, carnívoros, aunque los vegetarianos afirmen lo contrario, pero
las evidencias científicas, la conformación dental y las enzimas estomacales
demuestran nuestra esencia carnívora, aunque nuestra alimentación es en
realidad más amplia y podemos llamaros omnívoros; en ese contexto somos capaces
de comer todo lo que no sea dañino para nuestra salud.
Desde nuestros primeros
tiempos hemos sido cazadores y recolectores, hemos matado y cultivado nuestra
comida, con la modernidad hemos dejado a otros la tarea, pero seguimos estando dentro
de la misma cadena alimentaria.
Respeto a quienes optan
por ser vegetarianos o veganos, como se dicen ahora, ellos voluntariamente
deciden alimentarse exclusivamente de vegetales, aunque pienso que están
debilitando su cuerpo privándole de ciertas proteínas animales, que son muy
diferentes a la proteína que puede brindar ciertos vegetales; pero el punto es
que los veganos no deben asumir que su opción es la única correcta, haciendo
escarnio de los carnívoros, aduciendo que comemos cadáveres, lo que es cierto,
pero no somos carroñeros, y para ser sinceros los veganos también se comen los
cadáveres de las plantas, que para eso son seres vivos también ¿no?.
Acá viene la discusión
de cuál es la diferencia de la vida entre un mamífero, un reptil, un insecto o
una planta, ¿Quiénes somos para decidir que la vida de una vaca vale más que la
de una lagartija, o de una mosca, o de una lechuga?
Todos los seres vivos
merecen respeto, pertenecemos a una cadena alimenticia, si matamos es por
necesidad, lo que no se acepta es usar la crueldad para matar, no es aceptable
torturar al animal, ni matar por placer, el animal o la planta que sacrifica su
vida para alimentarnos merece nuestro respeto, acabar con su vida tiene que ser
fulminante y definitivo, el menor sufrimiento posible ha de ser conseguido.
Entrando al tema de la
vida, tendremos también que responder a los manifestantes antiaborto, que hablan
mucho del respeto a la vida, claro que
sabemos que no se refieren a todo tipo de vida, suponemos que se aplica a la
vida humana, pero aun la ciencia no ha sido capaz de determinar con exactitud
en que momento comienza la vida de un ser humano, existe una frontera
indefinida entre lo que es humano y lo que no lo es, sabemos definitivamente que
un espermatozoide o un ovulo no es un ser humano, un embrión tampoco lo es, un
feto de cinco meses de desarrollo ya muestra signos de haberse convertido en un
ser humano; las leyes en otros países han puesto como limite tres meses para
que el feto pueda ser desalojado del útero, dejando así un espacio suficiente
en ese rango de tiempo indefinido en que la vida puede desarrollarse.
Está claro que los
fanáticos religiosos piensan que es un ser humano desde la concepción, y que,
siguiendo las líneas de la biblia, ningún tipo de aborto es permitido, esta es
una cuestión de fe y la fe es una decisión muy personal, sin embargo, lo que es
la ciencia y dentro de la ciencia la biología, ponen parámetros más específicos;
y la ley tendría el deber de defender el derecho de la mujer a decidir sobre su
cuerpo.
Toda esta reflexión ha
circulado alrededor del derecho a la vida, la vida de los animales, la vida de
los vegetales, la vida de los seres humanos; ese derecho que no podemos
relativizar y que tienen sus propias pautas.
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