miércoles, 21 de noviembre de 2018

QUIENES SON LOS ANTISISTEMA?


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Se ha satanizado permanentemente a la izquierda por ser antisistema, identificando la lucha contra el sistema con dictaduras totalitarias o con el caos y la anarquía; pero, ¿Qué significa realmente ser antisistema?
Para enmarcar correctamente nuestra respuesta definamos en primer lugar el sistema vigente; el sistema que rige el mundo global, tanto político como socioeconómico, es el neoliberal, llamado así porque suponía ser una tercera vía entre la teoría de la libre empresa desregulada (liberal) y el centralismo del control estatal en la economía (socialista); pero en la practica las fuerzas del poder económico terminaron secuestrando las instituciones de los estados e imponiendo las reglas de juego.
Son tres las columnas que sostienen este sistema: su base política, su base económica y su base social.
Cuando hablamos de su base política nos referimos al embargo de la representación ciudadana en una elite política que difícilmente se renueva y aun cuando ingresan nuevos miembros son rápidamente coaptados por la maquinaria instaurada sin la cual no pueden ejercer.
La teoría elitista de la política tiene larga data y se sustenta en la presunción de que el ciudadano común no esta capacitado para tomar las decisiones que competen al Estado, solo un “político profesional” tiene las competencias necesarias para decidir por sus electores.
De esta manera el sistema se asegura de que los “políticos profesionales” tengan los estímulos suficientes para que se sientan obligados a defender sus intereses antes que los de la ciudadanía que los llevo al puesto que ostentan, más aún los que intentaran salir de este esquema son prontamente devorados por los procedimientos burocráticos que están diseñados para defender el sistema.
Cuando hablamos de su base económica nos referimos a la forma como opera el gran capital para incrementar constantemente sus ganancias, la pirámide económica está diseñada para que una elite conservadora en le vértice superior vea enriquecido su patrimonio gracias al soporte de la sobreexplotación de la ancha base de la pirámide, conformada por los trabajadores y cuya brecha (entre la base y su vértice superior) se ensancha constantemente gracias a esta política económica, lo que significa que hay pobres cada vez mas pobres y ricos cada vez más ricos.
Gracias al avance tecnológico indetenible de nuestra época, se libera cada vez mas al ser humano del esfuerzo que demanda el trabajo, sin embargo, paradójicamente, gracias a este sistema, en vez de significar un beneficio para el ciudadano común, resulta siendo una grave amenaza para su existencia, porque le priva de los medios para su sustento.
Cuando hablamos de su base social nos referimos a la forma como este sistema se retroalimenta a si mismo y se justifica como tal; las restricciones existentes del acceso a los servicios básicos, como salud, educación, justicia, vivienda, entre otros, no son casuales, reproducen constantemente las condiciones de inequidad, limitando la movilidad social, perpetuando los escalones de la pirámide social y creando un circulo vicioso que nos lleva a concebir un mundo creado con funciones determinadas ineluctablemente; bajo esta lógica unos nacen para mandar y otros para obedecer.
Entonces, bajo esta perspectiva, ¿Quiénes son los antisistema? Respuesta: los que luchan por derribar estas tres columnas que lo sostienen.
En lo político, ser antisistema significa romper con ese proceso de delegación de poderes y empoderar al ciudadano con su voto en las decisiones del estado, defenestrando a la casta de “políticos profesionales” y confiando en el conocimiento de la problemática local que cada poblador tiene de su comunidad, iniciando una democracia plebiscitaria real.
En lo económico, ser antisistema significa quebrar el poder absoluto de la empresa privada sobre las instituciones del Estado, empezar a cerrar esa brecha entre ricos y pobres, trastocar el marco tributario de tal manera que sean quienes obtienen las mayores ganancias los que contribuyan en mayor medida con el erario nacional, con el cual se cubra las falencias provocadas por la merma del empleo; dando mayor competencia a la fuerza de trabajo en la política económica del país.
En lo social, ser antisistema significa reforzar y ampliar los programas sociales de lucha contra la pobreza, teniendo como meta romper las barreras que se levantan entre los diferentes estamentos sociales en el país y abrir las puertas de la movilidad social ascendente, rompiendo definitivamente con la imagen de que el statu quo es inamovible y que las personas nacen con un destino manifiesto.
Tenemos entonces evidencia de que, la izquierda, por ser antisistema resulta como abanderada de los derechos sociales de los trabajadores, de la representación democrática de los ciudadanos y procuradora del ascenso social de la población.
Todo este proyecto requiere de una cantidad importante de reformas constitucionales, lo cual justifica la campaña por una nueva constitución en el Perú; una constitución que garantice el poder ciudadano y sobrepasando las agendas políticas de los intereses hegemónicos en una determinada época, construya un proyecto de país a largo plazo que abarque mas que unas cuantas décadas.
Ser antisistema significa entonces tener esperanza en una sociedad mejor siendo consciente que el sistema actual acentúa la inequidad y anida en su seno las semillas de la corrupción y el abuso de poder.


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