Los inicios de la democracia,
en forma aun elemental, se remontan a 500 años antes de nuestra era, en la
antigua Atenas, con una duración de un par de siglos aproximadamente, cuando
las guerras del Peloponeso hicieron surgir nuevamente los reinados; hay referencias
de otras formas democráticas en la India desde 700 años antes de nuestra era,
pero no han sido tan documentadas como las de Grecia.
Sin embargo, pasaron casi
dos milenios para que las ideas democráticas volvieran a surgir en la sociedad;
no fue hasta 1264 cuando por breve tiempo, en Inglaterra, se instauro un
parlamento luego de derrocar a Enrique III, luego no fue sino hasta 1789, en
Francia donde la revolución burguesa volvió a instaurar un poder parlamentario
y en 1774 cuando en Estados Unidos de América se creo un parlamento sustentado
por el voto ciudadano.
Aunque todas estas
revoluciones lograron el fin del absolutismo monárquico, solo llevaron a
compartir el poder con una elite de la burguesía en las ciudades, una clase en formación
en ese entonces, que ostentaban un alto nivel educativo y una cómoda posición económica;
cabe resaltar entonces el significado especial de la revolución de la comuna de
Paris en 1817, que tras la traición de
Thiers, el jefe del gobierno Frances, ante
los prusianos, Paris decide no rendirse ante los prusianos y se declara en rebeldía
contra el gobierno francés, eligiendo un gobierno autónomo, con una composición
heterogénea, que incluía una mayoría de obreros, pero también comerciantes,
profesores y artistas; aunque su duración fue efímera, solo tres meses, con sus
actos durante este periodo marcó un hito en la historia de la democracia y es
el origen de la ideología comunista, cuyo significado proviene de los ejemplos
de la Comuna de Paris.
Pero ¿por qué tuvieron
que pasar dos milenios antes que las personas volvieran a pensar en la
democracia? ¿qué fue lo que sucedió para que esta forma de gobierno fuera
olvidada durante tanto tiempo?
El oscurantismo
religioso de la edad media cubre una gran parte de esa historia, donde se implanto el
poder de la iglesia católica por la fuerza de la espada y la sangre de los
infieles, fue un milenio en que se explicaba el mundo a través de las sagradas
escrituras, el destino de la humanidad estaba grabado en piedra y los
gobernantes tenían la potestad divina, nada podía ser objetado porque habría significado
una herejía contra el mandato divino, y la herejía era castigada con la muerte.
Por otro lado, las
guerras de conquista, buscando la supremacía emanada de la posesión de
territorios y el sometimiento de poblaciones extranjeras, hicieron surgir
poderosos ejércitos, de cuyas batallas surgieron renombrados generales, con
gran influencia en la política de gobierno, los cuales se fueron convirtiendo
en caudillos y luego se atribuyeron reinados e imperios.
Fue solo cuando gran parte
del planeta estuvo ya dividido en zonas de influencia relativamente estables,
que los ciudadanos empezaron a percibir que no necesitaban mas de reyes y
caudillos militares o religiosos para sobrevivir, sintieron con mayor crudeza el
rigor de la explotación, y comenzaron a considerar gobernarse por si mismos, o
al menos tener intervención en las decisiones de gobierno,
Hemos de tener claro
que la democracia es en suma la toma de decisiones, tomamos decisiones cuando
votamos a favor o en contra, nuestro voto se concreta en procesos electorales,
si en nuestro sistema de gobierno se nos convoca a elecciones cada cinco años,
o cada tres, ¿significa que el sistema se demuestra democrático solo cada
periodo electoral? O, por el otro extremo, si se convoca a elecciones cada tres
meses ¿seremos mucho mas democráticos?
Estamos errando si
proponemos esta forma de medir la democracia, podríamos estar votando todos los
meses por cual color pintar los edificios públicos, que tipo de flores plantar
en los parques o si debemos celebrar un feriado por la labor de los bomberos,
pero eso no nos hará mas democráticos, no es solo la frecuencia con que
elegimos, sino sobre cuales temas somos consultados lo que nos hace acceder al
poder, hacer a una sociedad mas democrática es participar en los temas de interés público, las decisiones
de gobierno, la aprobación de las leyes en primer lugar y de los demás decretos
de nuestras regiones, provincias y distritos, esa es la correcta lectura del
estado de nuestra democracia.
Nuevamente, delegar
esta responsabilidad en supuestos “representantes” que no tienen ningún tipo de
conexión con el espíritu de la ciudadanía, sino en los periodos electorales
donde tratan de ganar un voto de confianza, es abdicar de nuestro deber
ciudadano, esta mala representación que nos ofrece un cartel de “políticos profesionales”
tiene que acabar desenmascarando sus verdaderos intereses personales; la verdadera
representación es la que los ciudadanos legitimamos con nuestro voto.
Aun más, debemos nuevamente
recordar que la democracia no es solamente tomar la decisión de la mayoría,
sino tener en cuenta los derechos de las minorías, balance de poderes entre las
instituciones del Estado, pero también garantizando el respeto de la oposición política.
La democracia ha
demostrado hasta el momento ser el mejor sistema de gobierno para las
sociedades humanas, respeto y tolerancia son la base de la convivencia, en 500
años a la fecha el sistema va perfeccionándose empoderando cada vez más porciones
de la población, aun estamos lejos de la mejor versión de nuestro sistema, pero
la historia nos demuestra que conquistar espacios políticos requiere de agudizar
crisis y aprovechar las zonas frágiles que crean los conflictos sociales, por
tanto hay que estar siempre prestos a dar un paso adelante para ampliar la
democracia.
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