Luego del dictamen de la
Corte Suprema de Justicia que reivindica el enfoque de genero en el nuevo currículo
escolar, el grupo de colectivos evangelistas fundamentalistas que crearon ese fantasma
de la “ideología de género”, no se da por vencido, ahora ha desarrollado un fuerte
contraataque en las redes sociales, tratando de generar una ola de escandalo en
padres de familia, de manera que tengan una base de apoyo social en su reclamo
ante el Tribunal Constitucional para desestimar el dictamen de la Corte
Suprema.
¿En que se basa la argumentación
de estos grupos? Básicamente en crear una confusión generalizada al fundir en
un solo concepto lo que es el sexo biológico y lo que es el género sexual.
Nadie pone en duda que
los seres humanos nacemos con una forma biológica que determina nuestro sexo
como hombres o mujeres, somos seres sexuales, lo que quiere decir que
necesitamos el sexo para reproducirnos como especie, como tal, solo hay dos
sexos posibles: macho y hembra.
Es un concepto
diferente cuando hablamos del género, que es la manera como las diferentes
sociedades, de acuerdo a su cultura, asignan roles a lo masculino y a lo femenino,
estos roles varían en cuanto al tiempo y al lugar donde se desarrollan, por tanto,
no hay una sola definición que pueda explicar estos roles.
Cuando hablamos que lo
masculino y lo femenino de una persona se van definiendo dentro de la sociedad
en que vive, no estamos diciendo que el individuo puede escoger voluntariamente
una personalidad masculina o femenina, los múltiples factores que intervienen en
su formación escapan al control de los individuos.
Es esencial comprender
esto ultimo para alcanzar un entendimiento acerca de la homosexualidad y darse
cuenta de que no estamos ante una enfermedad, que necesita ser curada, ni ante
una perversión psicológica, que necesita ser tratada, es simplemente una forma
de ser del individuo; no hay un gen que determine que una persona sea
homosexual, ni nadie decide convertirse en uno de ellos.
Es el miedo a lo
diferente lo que define a estas personas y provoca una reacción de odio, de
rechazo o por lo menos de negación, declarado como homofobia; el homosexual necesita
ser visto como una persona normal, como cualquiera de nosotros, que tiene
sentimientos, deseos, proyectos, etc. una circunstancia que determina su opción
sexual no lo convierte en un apestado, un monstruo, es solo diferente, como
muchos somos diferentes entre nosotros por diferentes circunstancias como raza,
lugar de nacimiento, religión, gustos, etc.; para los inseguros les recomendaría
leer la obra de Pierre Bourdieu “La Distinción”.
Ese miedo a la homosexualidad
se vuelca en diversos mitos, como el que se levanta actualmente contra el
enfoque de género, como el que clama que al explicar a los niños sobre la
sexualidad se les está induciendo a iniciarse en las actividades sexuales, y
que hablándoles de la homosexualidad se les está conduciendo a convertirse en
uno de ellos; más bien, debemos ser claros y directos cuando nos enfocamos en la
educación sexual de nuestros ninos, entendiendo que la orientación sexual
no se enseña, nadie aprende a ser homosexual en la escuela o siguiendo ejemplos
de familiares o amigos, así como tampoco aprendes a ser varón o dama,
El enfoque de género,
se desarrolla en concordancia a las investigaciones de la ciencia moderna y significa
un avance cultural para nuestra sociedad, busca educar a nuestras futuras
generaciones en el respeto y la tolerancia para todos nuestros semejantes, sin distinción
de sexo, raza o diversas preferencias.
En primer lugar, la
meta es combatir el machismo, arraigado durante siglos en nuestra sociedad, ese
machismo que es cultivado desde los primeros años en el seno de los hogares y
que es causa del bullying en las escuelas y de los feminicidios en los adultos;
inculcando el respeto a la mujer como ser humano con igualdad de oportunidades
y cuyos deseos y opiniones valen tanto como las de un hombre.
En segundo lugar,
brindar una adecuada educación sexual a niños y adolescentes en concordancia
con su nivel de entendimiento, dejando atrás el tabú que significaba hablar de
estos temas, incluso entre adultos, pero con mayor énfasis en los niños;
tenemos que empezar a entender el sexo como una función natural del cuerpo
humano, no solo específicamente para la reproducción, sino también por el
placer que brinda; el tema de la sexualidad debe ser abordado directamente en
las aulas de clase, en vez de dejarse en manos de compañeros también inexpertos
u otras relaciones de la calle, como ha venido produciéndose mayormente hasta
ahora; más aun teniendo en cuenta la gran gama de información, no solo científica
sino pornográfica, accesible a cualquiera en internet y las redes sociales.
Muchos fanáticos religiosos
dentro del grupo llamado “con mis hijos no te metas” tratan de evitar el
contacto de los niños con esta información alegando que es responsabilidad
exclusiva de los padres el acercamiento de sus hijos a este tema, pero ¿cómo
pueden la mayoría de estos padres tomar dicha responsabilidad, si ellos mismos
nunca recibieron una orientación adecuada? Solo estarían reproduciendo sus propios mitos
y falencias, justamente es el circulo vicioso que estamos tratando de romper en
nuestra sociedad; es más, la propuesta debería incluir charlas de capacitación a
los padres, para que vayan asimilando la información y vayan alcanzando el nivel
que sus hijos adquieren.
Hablar a nuestros
alumnos de nivel secundario, con doce a quince años de edad, acerca de la masturbación,
de las poses sexuales, del sexo oral y anal, el sexo seguro, el aborto, el sexo entre personas gay y
lesbianas, no debe llamarnos a escándalo, son funciones biológicas de nuestro
cuerpo, son realidades de nuestra sociedad y deben ser abordadas con madurez y
raciocinio, no con mitos ni tabús intimidantes.
Estoy seguro que la implementación
de este currículo educativo aun adolecerá de numerosas fallas, será necesario
afinarlo, dar mayor capacitación a los educadores, empezar a trabajar con los
padres de familia también, ocuparse de brindar material explicativo, etc. pero
es un buen paso adelante que debe alentarse y continuar desarrollando.
Hay que investigar,
adquirir el conocimiento de fuentes confiables y legitimas, para no dejarse
timar con la propaganda falaz de grupos retrogradas, que con pretextos de moral
religiosa buscan detener el cambio social que nuestro país necesita.
!!Se tenía que decir y se dijo!!
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