Existía un plan, todo
empezaría con férvidas persecuciones a Toledo y Humala, escarbando en sus
viejos antecedentes, cuya finalidad era distraer la atención pública de los
escándalos de los fujimoristas.
Hasta aquí todo resulto
según lo planeado; la segunda fase fue la condecoración del Congreso al comando
Chavín de Huántar como héroes de la democracia y su ratificación por la
presidencia de la Republica, ello conllevaba colateralmente la aprobación de la
actuación del gobierno de Fujimori.
Aquí empezó a fallar el
plan, pues, aunque el Congreso y la presidencia cumplieron su parte, en muchos sectores
sociales se alzó una airada censura y la denuncia pública de la siguiente fase
del plan, el cual era la liberación de Alberto Fujimori, lo cual en la calle hizo
crecer la amenaza de manifestaciones de protesta y rechazo a los supuestos
“héroes”.
A partir de allí se
generó un intenso debate político acerca de la oportunidad de una liberación de
Fujimori, si podía hacerse por un indulto o por prisión domiciliaria; las redes
sociales se llenan de condenas hacia la intensión de liberación del reo, la
calle se pone ardiente ante esta contingencia y los análisis de inteligencia
del régimen anuncian la posibilidad de violentas manifestaciones y disidencias
incluso dentro del propio gobierno.
PPK hace un balance de
costo-beneficio y da marcha atrás, respondiendo a una pregunta de la prensa afirma
que no piensa dar libertad al dictador; a punto de romperse el acuerdo, se
quiebra la tregua que dio el fujimorismo al gobierno; entonces se reactiva la
interpelación al ministro Vizcarra, la que había quedado suspendida debido a la
situación de emergencia en el norte del país, con la amenaza de una nueva
censura, también se vuelven a activar en las redes las acusaciones por los
vínculos de PPK con Odebrecht, pero el golpe más importante es la bomba de
tiempo que aprueban con mayoría absoluta en el Congreso, la nivelación de
sueldos a los pensionistas de las FFAA y la PNP.
Es una justa medida que
ha estado siendo demandada por largos años, y que cada gobierno entrante ha
prometido solucionar en su campaña electoral, sin embargo en cuanto asumen el
poder dilatan la solución indefinidamente; ya que la medida requiere de ajustes
presupuestales, especialmente en el sector defensa, que chocan con los
intereses de los proveedores de armas y equipos militares, y por ende con los
respectivos receptores de las comisiones respectivas de cada compra, poderosos
señores a mas alto nivel, a los que
nadie quiere enfrentarse.
De esta manera aprueban
la respectiva ley en el Congreso, tras una melodramática exposición de motivos,
que nunca antes había sido permitida en una sesión ordinaria, no porque están realmente
preocupados por la situación del personal militar en retiro, más bien están seguros
de que el gobierno tendrá que vetar la ley; de esta manera ponen a PPK contra
la pared, o aprueba la ley, poniéndose en contra de poderosos financistas, o la
veta poniéndose en contra de los beneficios esperados por un amplio sector de
la población, apareciendo ante la opinión pública como insensible con la situación
de los pensionistas; en ambos casos la ganancia política es explotada por los
fujimoristas.
El chantaje es
evidente, o el gobierno se allana a las exigencias del partido naranja, o estos
seguirán abusando de su poder absoluto en el Congreso para arrinconarlo hasta
que sea posible su vacancia; aunque para ello tengan que jugar con los derechos
de los pensionistas FFAA-PNP.
La debilidad del
gobierno de PPK se hace cada vez más evidente, los fujimoristas juegan a
presionar por un acuerdo, pero le presentan condiciones más duras cada vez,
esperando que rompa los acuerdos y seguir empujándolo al descrédito; Keiko no
le perdonará haberle hecho perder por segunda vez la oportunidad de llegar al
poder, y sabe que PPK es demasiado pusilánime para responder apoyándose en la
fuerza de la calle, lo cual sería su mejor carta para detener la aplanadora
naranja.
La homologación de las
pensiones para las FFAA-PNP son un vil engaño, esta ley ha sido presentada solo
para chantajear al gobierno por demandas impropias y para provecho político de
los fujimoristas; se burlan descaradamente de las justas reivindicaciones del
personal usándolos como instrumento de sus abyectas intenciones.
Es necesario develar los intríngulis que se
desarrollan detrás de todas estas maniobras, desenmascarar las verdaderas
razones de los fujimoristas y sus intenciones a todas luces antidemocráticas
con que intenta desestabilizar al gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario