Todos los
revolucionarios queremos cambiar el mundo, aunque generalmente el mundo nos
cambia; nuestros afiebrados sueños de juventud se aplacan y se vuelven más
sensatos cuando los años pasan; pero al final nos damos cuenta que, sin ese apasionado
impulso juvenil, la historia de la humanidad seria completamente retrógrada;
seguimos cumpliendo nuestra función y los cambios suceden en determinadas
etapas, más tarde o más temprano, según las circunstancias.
Es que los cambios
sociales no se pueden decretar por ley; la ley llega cuando ya existe un mínimo
consenso del cambio; ¿se pueden imaginar cuánto costó convencer a la gente en
el siglo XVI de que la tierra era redonda y no plana como habían creído durante
siglos? O ¿Cómo costó a la corona española convertir a los nativos americanos a
la religión cristiana? ¿cuán duro fue convencer a los europeos de que los
africanos eran seres humanos y no animales? ¿Cuánto paso para que las mujeres
dejaran de entrar a las iglesias con ropa oscura y la cabeza cubierta? O ¿Qué
los varones dejaran de usar sombrero para salir a la calle? ¿para que las
familias aceptaran usar las cocinas a gas en vez leña, carbón o querosene?
¿para que se aceptara dar el voto a las mujeres? Etc. etc. etc… Nunca los
cambios sociales fueron fáciles y espontáneos.
La sociedad actual
tiene sus luchas:
-
La equidad de género, aun se sigue tratando a la mujer
como una persona de segunda clase, bajo el dominio masculino, limitada en sus
opciones, con restringido poder de decisión, el varón intenta proteger su
dominio sobre la hembra.
-
El matrimonio igualitario, mucha gente piensa aún que
el homosexual es un enfermo pervertido, que necesitan tratamiento psiquiátrico
o que hay que desterrarlos de la sociedad, por ser la representación del mal,
que pueden trasmitir sus costumbres cual un virus, por supuesto no les dejarían
tener familia porque enseñarían a los niños a ser homosexuales.
-
La discriminación, porque no logramos entender que las
personas son diferentes de acuerdo a su cultura, que cada etnia humana se ha
desarrollada de acuerdo a su medio y a las circunstancias históricas que le
toco vivir, por tanto todos somos genéricamente iguales como seres humanos, no
somos de colores, ni negros, ni amarillos, ni blancos, ni marrones, ni rojos, y que las diferencias culturales son
responsabilidad de todos como sociedad; los pobres no son pobres porque son
flojos e irresponsables, se mantienen en su pobreza porque no les damos la
oportunidad de educarse y surgir y eso es lo que hacemos nosotros como grupo
social, mantenemos las diferencias para mantener los privilegios de una elite.
-
La estigmatización política, que trata de identificar
a todos los comunistas, las organizaciones de izquierda y de oposición al
gobierno como terroristas, se ha criminalizado la protesta; un trabajo
psicosocial de muchos años ha creado esta imagen negativa en la conciencia del
ciudadano común.
-
La despenalización del aborto, que se fundamenta en
dos pilares, el machismo acendrado que trata a la mujer como propiedad y la
somete al rol de instrumento de procreación, y una errada visión religiosa
acerca de la defensa de la vida, sin tener una definición científica exacta de
donde empieza realmente la vida humana, pasando sobre el derecho de la mujer
sobre su propio cuerpo, poniendo en riesgo la vida de la madre y sin asumir la responsabilidad
por las nuevas vidas que obligan a crecer.
-
La despenalización de las drogas, el narcotráfico es
la peor plaga que azota la mayoría de nuestros países, basados en las inmensas
ganancias que la prohibición les brinda, colman el país corrompiendo
autoridades, asesinando personas y arruinando a nuestra juventud; los mismos
gobiernos no toman acciones drásticas contra los dueños de las redes del narcotráfico
porque parte de sus presupuestos se alimentan del dinero blanqueado proveniente
de estas actividades; el costo de una reglamentación para el uso de la droga, así
como se hace con el alcohol y el tabaco, y un amplio programa de rehabilitación
de los adictos, sería mucho menor de lo que se destina para combatir el narcotráfico,
con la ventaja de que se reducirían las tasas de corrupción y crimen.
-
La democracia, porque el papel sumiso al que hemos
estado sometidos desde la conquista, nos hace seguir buscando alguien que nos
dirija, un iluminado de la razón, que nos diga que debemos hacer, alguien en
quien creer y seguir como manada, y no dejarnos comprar por una dadiva, un táper
o una bolsa de arroz; nos falta llegar a comprender que todos como seres
humanos tenemos debilidades y cometemos errores, no existen personas perfectas,
no hay iluminados, podemos concebir líderes, no jefes, ni dirigentes, un líder es
el que se forja en su base, enseña con el ejemplo y siempre se somete a lo que
su base establece; la base de la democracia y el desarrollo equitativo es la cooperación
común, el consenso discutido, la interacción de los grupos para lograr una
meta.
Los cambios de
mentalidad son más duros de conseguir que los cambios en el sistema, y dependen
enteramente de la educación de nuestra gente; ¿Cómo podrían respetar al
homosexual, si no conocen que significa ser uno de ellos y porque alguien es
homosexual? ¿Cómo podrán respetar a la
mujer, si no la conocen como persona, y pueden valorar todas sus
potencialidades?
La educación es la
clave del futuro, el valor de un país no se mide por la cantidad de riquezas
materiales que tenga en su territorio, sino por la calidad de su recurso
humano; tenemos muchos ejemplos de países muy pequeños, con pobres recursos naturales,
pero que, habiendo potencializado la educación de sus ciudadanos, ahora son países
muy desarrollados.
Tenemos buenas
universidades y excelentes profesores, nos hace falta una gigantesca campaña, envolviendo
a todo el país, que lleve a la mayoría de la población a adquirir sus grados en
educación elemental y luego educación básica en periodos acelerados, con equipos
que lleguen a las zonas alejadas, facilidades online y clases presenciales los
fines de semana.
Solo cambiando la
mentalidad de nuestra gente podemos llegar a construir un país justo y soberano
! una patria como la queremos!
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