¡Rosquete…Maricon!...
¿no les suena familiar? ... es el clásico molde machista para insultar a los
homosexuales, es ese instinto creado que
genera el odio hacia las personas que son diferentes, ¿quién de nosotros no ha
sido testigo de la violencia de que son objeto los homosexuales en las aulas
escolares? ¿y los educadores mismos… no muestran lenidad con estos hechos, como
dando a entender que esto es normal?
Pero
no solo es en las escuelas, ¿acaso no recordamos, años atrás, los tristes
hechos del escuadrón “los matacabros”? ¿no vemos rutinariamente en nuestras
calles como algunas personas los tratan
despectivamente, se alejan de ellos, o son insultados y vejados? ¿y muchos
piensan que esto está bien, que es normal y solo sonríen cuando son
espectadores del abuso?
Y
ahora que el Estado, a través de una reforma de la curricula educativa, está
dando pasos para corregir esta deficiencia, un grupo de iglesias evangelistas
levanta una campaña tratando de convencer a los padres de ¡que están tratando
de incitar a sus hijos hacia la homosexualidad!
La
“ideología de género” es un engendro vicioso creado por un grupo de fundamentalistas
religiosos agrupados en una federación de iglesias evangelistas a nivel
internacional, a través de la cual tratan de imponer su visión exclusivista y
discriminante de la sociedad; no es un fenómeno peruano, es una campaña
impulsada por ellos en varios de los países más atrasados culturalmente de
Sudamérica simultáneamente; ¿con financiamiento de quién?... ¿? Porque sostener
una campaña así durante todo este tiempo cuesta millones.
En
primer lugar debemos aclarar, para aquellos que aún no lo entienden bien, que
el género y la sexualidad son dos cosas diferentes, que si bien existe una
fuerte correlación, esta no es determinante, el género es una entidad
biológica, determinada por los cromosomas, los genitales y las hormonas, aquí
solo existen dos clases: macho y hembra, hombre y mujer para los seres humanos;
sin embargo la sexualidad, especialmente en el ser humano, debido a su
racionalidad, que es la capacidad de pensar, analizar y decidir, puede
expresarse de formas diversas, recordemos que el principal órgano sexual del
ser humano es el cerebro, la libido y la lujuria necesarias para la consumación
del acto sexual se crea en nuestros pensamientos, no en los genitales.
En
vista que la sexualidad humana se crea en nuestro cerebro, al igual que todos
nuestros pensamientos, son una construcción social, es decir que en ello intervienen muchos factores externos que poco
a poco van modelando nuestro ser.
La
idea de lo masculino y lo femenino se va construyendo desde la niñez, dentro de
la familia, de la misma manera como se inculcan los valores sociales y los
paradigmas del éxito y el fracaso.
La
tradicional sociedad machista inculca este modelo de comportamiento y siembra
los prejuicios en la mente de los niños desde su temprana edad; el varón debe usar
ropa celeste, cabello corto, jugar con camiones, carros, herramientas y armas
de juguete, la hembra usa vestidos color rosa, cabello largo, juega con
muñecas, ollitas y tacitas de juguete; por supuesto también determinan que el
varón puede aspirar a ser doctor, abogado, ingeniero, mientras la hembra puede
ser enfermera, costurera, cocinera, secretaria.
El
modelo machista de la sociedad implica la superioridad del macho sobre la
hembra, lo que determina su papel de líder alfa, inculca roles rígidos para
cada uno: el hombre proveedor, protector, dominante y cabeza de familia,
mientras que la mujer es sumisa, procreadora, dedicada a las labores domésticas;
es el mismo modelo que identifica la familia con una única identidad que es el
padre macho, la madre hembra y los hijos menores.
Esta
es la confusión que crean los impulsores
de este modelo único, desconocen la realidad de su entorno y son escépticos
respecto a las teorías científicas sobre
la sexualidad; desde hace varias décadas atrás los tipos de familias se han
diversificado, además del típico modelo de familia nuclear, existen la familia
monoparental (solo el padre o la madre sostiene la familia), la familia
extendida (la conforman tíos, hermanos, abuelos, además de los padres), la
familia ensamblada (conformada por los hijos de los padres en anteriores
relaciones, o por amigos cercanos a los padres), la familia homoparental (con
padres del mismo sexo).
Lo
que tenemos que modificar en nuestras mentes es aquel modelo que nos
implantaron desde niños presentando a la familia nuclear como la única base de
la sociedad, y cuyo fin supremo seria la
procreación de la especie.
No
es que vamos a desplazar a la familia nuclear de su función social, ni tampoco
vamos a desconocer la importancia de la procreación en el sostenimiento de la
especie; lo que vamos a aprender es que la función de la familia va más allá de la procreación, que la importancia social de la familia está
en la red de apoyo que significa para sus integrantes, esa seguridad y refugio
que ofrece el hogar para poder enfrentar la adversidad en un ambiente de lucha
constante por la sobrevivencia, y ese hogar se construye solo a base de amor, confianza y respeto, esos lazos que unen espiritualmente
a los seres humanos, sin importar la consanguineidad, el sexo, la raza, la edad
o las creencias religiosas.
Algunas
personas tienen que entender que ser homosexual no es una enfermedad o una
perversión, cuando los fundamentalistas religiosos nos meten esta idea lo que
logran es inculcar el odio y la discriminación hacia estas personas; ya que no
los pueden “curar” hay que ocultarlos, meterlos en lugares donde no se mezclen
con los “normales” por ultimo propondrán eliminarlos, como lo hacían los nazis
en la Alemania de Hitler.
En
la gran mayoría de los casos la homosexualidad no es una opción, nadie desea
voluntariamente pertenecer a un grupo social discriminado, objeto de
señalamientos y burlas, es por ello que gran parte de esta comunidad prefiere
mantenerse en la sombra (dentro del closet) y no convertirse en blanco de los
homofóbicos.
La
parte negativa para el sector homosexual se presenta en aquellos que generan
escandalo con sus actos públicos (los que ofrecen su sexo en las calles, los
que llaman la atención drogándose y mostrando partes de su cuerpo), no existe
aún una palabra para denominarlos, por eso se confunden entre toda la comunidad
homosexual, y es más, aunque son una minoría, en el imaginario popular son los
que identifican a toda esa comunidad.
Pero
traten de imaginar si a la mujer se le identificara por el comportamiento de
las prostitutas, o a al hombre se le identificara con el macho mujeriego y
maltratador de las mujeres; simplemente no es justo esta clase de
generalizaciones; el homosexual es tal porque
es una persona con determinados sentimientos, y con una manera de ser
que trata de adaptarse a la sociedad en que le toca vivir.
Especialmente
debemos comprender que la lucha por enseñar a nuestros niños a convivir, es una
apuesta por el futuro, no solo se trata de los homosexuales que son objeto de
bulling en las escuelas, principalmente,
se trata de enseñar que debemos ser respetuosos con todos los que son
diferentes, ya sea por color de la piel (negros, cholos,
indios, chinos, árabes, etc.), por lugar
de procedencia (serranos,
selváticos, africanos, orientales, medio oriente, etc.), por religión (cristianos,
evangelistas, budistas, musulmanes, ateos, etc.), por diversidad cultural (quechuas,
aymaras, afroamericanos, etc.), por opción política, por opción sexual, o por
grado de educación, porque todos somos seres humanos y merecemos comprensión y
respeto; la base de la sociedad humana es esa, su diversidad y su capacidad de
adaptación y solidaridad, esa es la forma como nuestra especie ha logrado llegar a este lugar de la
evolución.
Enseñarles
a los niños sobre la sexualidad no es abrirles los ojos antes de tiempo, el ser
humano tiene manifestaciones sexuales desde su nacimiento, y en el trascurso de
su vida va aprendiendo a manejarlas, lo que se debe cuidar es como se dosifica
la información y de qué manera se ofrece según cada estamento de edad, no le
brindas la misma información a un niño de cinco años que a un joven de doce.
Enseñar
en las escuelas que hombres y mujeres son iguales como seres humanos y tienen
los mismos derechos y que comparten los
mismos sentimientos, es positivo para cambiar el injusto modelo machista de
sociedad que vivimos, decirles a los niños varones que usar ropa rosa, jugar
con ollas o muñecas (pueden llegar a ser grandes chef o diseñadores) y a las
niñas que usar ropa azul, jugar con
carros y herramientas (pueden llegar a ser ingenieros o maestras de mecánica) no
es malo, no es incitarles a la homosexualidad, es ampliar sus horizontes
cognoscitivos; enseñarles a los niños
que la homosexualidad no es una enfermedad ni una perversión, no es decirles
que pueden optar por ello a su voluntad, es explicarles que no deben hacer
burla y ser agresivos con los que son diferentes, es quitarles el trauma de la
culpa si en algún momento de sus vidas sienten en su mente y en su cuerpo estas
inclinaciones; y es porque el sexo no es malo, no es pecado, no es perversión;
la perversión es hacer daño al prójimo; el amor es la columna vertebral de la
sociedad humana; la ideología del odio,
la perversión de las guerras, la lujuria por el poder y las riquezas, el afán
por el éxito individual sin importar que tengas que pisotear a los demás, esos
son los pecados que están corroyendo nuestro mundo y es nuestro deber
erradicarlos.
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