viernes, 31 de marzo de 2017

VENEZUELA EN SU LABERINTO


El cierre del Congreso por el Tribunal Supremo en Venezuela ha desatado una serie de condenas y rasgamiento de vestiduras especialmente por parte de los sectores más reaccionarios de la sociedad.
Ciertamente que todo retroceso en los procesos democráticos en cualquier país, por más endeble que esta democracia sea, es lamentable; no vamos a referirnos a las causas o a los motivos que pueden llevar a estas situaciones, siempre debe causarnos pesar estos sucesos.
Pero debe llamarnos la atención la hipocresía de los que levantan la voz para condenar lo sucedido en Venezuela, pero callaron en todos los idiomas cuando lo mismo sucedió en Argentina, en Brasil, en Honduras; la doble moral de estos críticos debe quedar al descubierto, ahora justifican también el golpe de Estado de Fujimori “porque ese Congreso estaba plagado de comunistas”, aún más, ya uno de sus más esperpénticos voceros está pidiendo acción  a su ídolo de barro para que invada Venezuela con sus tropas para acabar con la “amenaza comunista”.
Resulta por lo menos alucinante ver Luz Salgado condenar los sucesos en Venezuela, aquella que departía con Montesinos en la salita del SIN, la que apaño todas las satrapías del gobierno de facto de Alberto Fujimori ¡Ahora se rasga las vestiduras por la democracia venezolana! Esta señora no tiene un poco de pudor.
Quieren una declaración que califique a Venezuela como una dictadura, ¿Qué parámetros miden ellos para calificar a un país más democrático que otro?   ¿acaso están aplicando los mismos parámetros para su propio entorno político? ¿Dónde los gobernantes están implicados en grandes casos de corrupción en contra del Estado? ¿Dónde los jueces liberan a los narcotraficantes y se abstienen de acusar a los pedófilos? ¿Dónde la policía viola los claustros universitarios para detener a los estudiantes que protestan? ¿Dónde las empresas mineras extranjeras son liberadas de impuestos para desangrar nuestros recursos naturales y contaminan el medio ambiente? ¿Dónde la policía arremete contra los campesinos por defender su derecho al agua? ¡Miran la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el propio!
Saludo la declaración de Verónica Mendoza, lamentando que se rompa con el equilibrio de poderes entre el legislativo y el judicial; personalmente debo confesar que no soy admirador de Chávez ni de Maduro, sé que han hecho muy buenas cosas para el pueblo de su país, y que libran una dura lucha contra la derecha arcaica apoyada por los sectores empresariales y financieros nacionales e internacionales, pero la historia nos demuestra que los cambios desde arriba, basados en liderazgos personales, no logran perpetuarse en el tiempo; en el Perú vivimos la revolución verde liderada por Velasco Alvarado y un sector progresista de las FFAA, si bien logro quebrar la espina dorsal del semifeudalismo dominante en la época, la gran pare de los cambios que propugno durante los siete años de gobierno fueron desarticulados en los años siguientes, con un alto costo social para la clase trabajadora del país.
La democracia sigue siendo la más óptima forma de gobierno para la sociedad humana, pero esta requiere de un mínimo de consensos, democracia no significa la dictadura de la mayoría, como muchos piensan, democracia es el gobierno de la mayoría con respeto de sus minorías, actuamos bajo la convicción de que ser mayoría no significa estar en lo correcto, los seres humanos tenemos percepciones equivocadas algunas veces, y la minoría puede convertirse en mayoría en el trascurso del tiempo, hay que ser cautos y saber escuchar al contrincante; las diferencias de ideas no debe hacernos enemigos, los enemigos son quienes tratan de imponerse por la fuerza.
Por ultimo dejemos de erigirnos en Jueces de los errores ajenos, dejemos a los venezolanos resolver sus disputas políticas, ¡bastante tenemos nosotros aun que corregir en nuestro propio sistema político y social como para estar calificando a los demás!


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