miércoles, 27 de febrero de 2019

DEMOCRACIA SECUESTRADA


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Muchos se preguntan cómo diablos llegaron a ocupar un puesto como congresistas esta banda de delincuentes e ineptos que hacen todo lo posible por hundir al país en la miseria de la corrupción.
La respuesta es que nuestro sistema electoral está viciado, hemos cedido la prerrogativa de poner a sus candidatos en una curul, a las organizaciones políticas.
En la actualidad cada organización política solo debe preocuparse por un candidato carismático y confiable para la presidencia, en la confianza de que los votos que este pueda alcanzar sean suficientes para arrastrar los siguientes de la lista de 130 que deben presentar.
Así es como personajes impresentables, que solo logran obtener una pequeña cantidad de votos preferenciales, desplazan a candidatos que obtuvieron una cantidad mucho mayor de votación en sus localidades.
Su principal preocupación es posicionar a cuatro o cinco candidatos que son los que ostentan los cargos de confianza dentro de la organización y que son los que van a conseguir su curul en primer lugar, el resto de la lista es irrelevante, se vende al mejor postor de acuerdo a la cantidad de dinero que aporten para la campaña; lo único que deben cuidar es que les sean fieles y obsecuentes a los dictados de la dirigencia política.
Resulta obvio que se invierte una gran cantidad de dinero en la campaña publicitaria del candidato presidencial, la cual les va a asegurar un porcentaje de representación en el congreso, aun sin obtener la victoria presidencial.
Tenemos que preguntarnos también, todo ese dinero invertido en la campaña, gran parte del cual proviene de fondos ilegales, tal como se ha demostrado, ¿Cómo van a redimirlo? ¿los salarios de los congresistas irán a reponer ese fondo? ¿o van a honrar sus deudas con leyes que favorecen a sus acreedores?
Habiendo demostrado como, en la realidad, funciona nuestro sistema electoral, ¿podemos definir a quienes representan nuestros parlamentarios? ¿son ellos los legítimos representantes de los diferentes sectores de la ciudadanía tal como lo define nuestra constitución?
La respuesta aparece obvia, el significado de la democracia como poder ciudadano está secuestrado por una gavilla de “políticos profesionales” pero ¿cómo hacer para cambiar esta situación? 
Una buena opción es quebrar los privilegios otorgados por la ley a dichas organizaciones políticas, no son ellos quienes decidan, devolvamos el poder al ciudadano común; habría que separar definitivamente lo que es la elección presidencial de lo que es elegir nuestros representantes para el congreso.
La representación por provincia o región se determina de acuerdo a la cantidad de habitantes que residen en el área, de este modo le corresponde a cada área una porción ponderada del total de representantes.
 La propuesta es dividir cada área electoral en la misma cantidad de distritos electorales que representantes le están designados, agrupando las mesas electorales, que ya se encuentran estructuradas, dentro de cada uno de estos distritos; de tal manera que las organizaciones políticas tengan que proponer solo un candidato en cada distrito y el ciudadano vote por los candidatos dentro de su propio distrito.
La idea es que las organizaciones políticas no están obligados a presentar una larga lista de candidatos, ni tienen necesariamente que presentar candidatos en todos los distritos, solo arriesgaran en aquellos donde realmente tengan posibilidades y quienes salgan elegidos lo serán porque lograron personalmente los votos necesarios para llegar y eso significa que deben ganarse esa legitimidad a puro pulso.
El financiamiento ilegal de dichas organizaciones políticas se encuentra ya regulado por los estamentos electorales, pero es necesario que el control se realice durante todo el proceso, no solo al final, además es importante que se sancione penalmente los infractores para que la medida sea efectiva, tanto a los operadores como a la organización misma.
La idea común de que la democracia depende de la fortaleza de los partidos políticos, es actualmente falsa, esencialmente porque ya no existen partidos políticos tal como fueron definidos en el siglo pasado, ya que ninguno se sostiene sobre una militancia leal, no enarbolan la defensa de una ideología, no tienen una visión particular del mundo; estas organizaciones políticas tan solo levantan algunas de  las reivindicaciones más sensitivas dentro del escenario social vigente; estas organizaciones, más que políticas deben llamarse electorales, puesto que solo se activan en época de elecciones; fuera de las elecciones, si ganaron, quienes se mantendrán activos serán los que fueron elegidos, de entre  los demás, los más cercanos, estarán optando por obtener un puesto de trabajo bajo la recomendación de alguno de los elegidos; si perdieron, toda la maquinaria se mantendrá dormida hasta las próximas elecciones.
Las condiciones sociales que generaron la existencia de los partidos políticos, en los finales del siglo XIX, han cambiado completamente, la globalización, internet, la automatización de la industria, el ingreso del dinero virtual a la economía, el progresivo e indetenible deterioro del empleo, la corrida de la economía hacia el sector servicios, han diseminado las clases sociales, tal como se describían en los clásicos, a las cuales representaban los partidos y en las cuales se basaba el sistema político existente.
Declarar la inexistencia de las clases sociales no significa que desaparecieron las diferencias sociales, los ricos siguen siendo mas ricos y los pobres mas pobres, así como los ricos continúan explotando a los pobres, simplemente las antiguas clases sociales se han disgregado en múltiples estratos, no son los mismos que nos describían los clásicos, no hay más burguesía pura, ni proletarios, ni pequeña burguesía, los obreros son también estudiantes, los estudiantes separan tiempo para hacer empresa, incluso las amas de casa se animan a poner pequeños negocios en su hogar, de manera  que se superponen unos a otros en determinados tiempos y circunstancias, además de estar necesariamente interconectados que conforman la red que son el cuerpo de nuestra sociedad; ¿cómo se nombran y cuales son las cualidades de cada uno de estos estratos? Es algo que la sociología posmoderna esta aun investigando y que las próximas generaciones de científicos sociales nos darán a conocer, pero hoy no podemos dejar de reconocer su existencia.
La ventaja del sistema de distritos electorales es que puede trasladarse fácilmente a las elecciones regionales y municipales, entendiendo que al ser menor la representación que hay que cubrir, se tendrá que reunir varios de estos distritos para que elijan a un candidato.
La democracia necesita ser rescatada, darle un sentido mas sustantivo a la representación, dejando en segundo plano la delegación de poderes que ha causado la infiltración de los corruptos en las instituciones del Estado.
Esta delegación de poderes es símbolo de la discriminación que nace desde la fundación de la república, mediante la cual se adjudica una capacidad disminuida para decidir, a la mayoría de la población, por eso se cierra el circulo del poder dentro de una elite de “políticos profesionales” quienes serían los únicos con las cualidades necesarias para decidir qué es lo mejor para el país.
Nuestra democracia, cuyo sustento ha sido siempre la separación de poderes, necesita ahora un nuevo cimiento, que es el balance entre mayoría y minorías, porque el poder absoluto de una mayoría, hemos visto que deviene en una dictadura parlamentaria disfrazada de democracia; la mayoría debe gobernar, si, pero guardando el respeto por los espacios de la minoría, las polarizaciones sean políticas o sociales solo llevan a la crisis y las crisis irresueltas terminan en situaciones violentas que destruyen la esencia de una nación.
La democracia como poder del pueblo, debería expresarse en la legitimación de sus representantes, legitimidad que debe provenir del respaldo a las decisiones que toma, expresamente tendría que buscarse la aprobación electoral para promulgar cada ley que se debate en el congreso; es el camino hacia la democracia plebiscitaria, un paso adelante hacia la sociedad del futuro.


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