Muchos se preguntan cómo
diablos llegaron a ocupar un puesto como congresistas esta banda de
delincuentes e ineptos que hacen todo lo posible por hundir al país en la
miseria de la corrupción.
La respuesta es que
nuestro sistema electoral está viciado, hemos cedido la prerrogativa de poner a
sus candidatos en una curul, a las organizaciones políticas.
En la actualidad cada
organización política solo debe preocuparse por un candidato carismático y confiable
para la presidencia, en la confianza de que los votos que este pueda alcanzar
sean suficientes para arrastrar los siguientes de la lista de 130 que deben
presentar.
Así es como personajes
impresentables, que solo logran obtener una pequeña cantidad de votos
preferenciales, desplazan a candidatos que obtuvieron una cantidad mucho mayor
de votación en sus localidades.
Su principal
preocupación es posicionar a cuatro o cinco candidatos que son los que ostentan
los cargos de confianza dentro de la organización y que son los que van a
conseguir su curul en primer lugar, el resto de la lista es irrelevante, se
vende al mejor postor de acuerdo a la cantidad de dinero que aporten para la
campaña; lo único que deben cuidar es que les sean fieles y obsecuentes a los dictados
de la dirigencia política.
Resulta obvio que se
invierte una gran cantidad de dinero en la campaña publicitaria del candidato
presidencial, la cual les va a asegurar un porcentaje de representación en el
congreso, aun sin obtener la victoria presidencial.
Tenemos que
preguntarnos también, todo ese dinero invertido en la campaña, gran parte del
cual proviene de fondos ilegales, tal como se ha demostrado, ¿Cómo van a
redimirlo? ¿los salarios de los congresistas irán a reponer ese fondo? ¿o van a
honrar sus deudas con leyes que favorecen a sus acreedores?
Habiendo demostrado
como, en la realidad, funciona nuestro sistema electoral, ¿podemos definir a
quienes representan nuestros parlamentarios? ¿son ellos los legítimos
representantes de los diferentes sectores de la ciudadanía tal como lo define
nuestra constitución?
La respuesta aparece
obvia, el significado de la democracia como poder ciudadano está secuestrado
por una gavilla de “políticos profesionales” pero ¿cómo hacer para cambiar esta
situación?
Una buena opción es
quebrar los privilegios otorgados por la ley a dichas organizaciones políticas,
no son ellos quienes decidan, devolvamos el poder al ciudadano común; habría
que separar definitivamente lo que es la elección presidencial de lo que es
elegir nuestros representantes para el congreso.
La representación por
provincia o región se determina de acuerdo a la cantidad de habitantes que
residen en el área, de este modo le corresponde a cada área una porción ponderada
del total de representantes.
La propuesta es dividir cada área electoral en
la misma cantidad de distritos electorales que representantes le están
designados, agrupando las mesas electorales, que ya se encuentran
estructuradas, dentro de cada uno de estos distritos; de tal manera que las
organizaciones políticas tengan que proponer solo un candidato en cada distrito
y el ciudadano vote por los candidatos dentro de su propio distrito.
La idea es que las
organizaciones políticas no están obligados a presentar una larga lista de
candidatos, ni tienen necesariamente que presentar candidatos en todos los
distritos, solo arriesgaran en aquellos donde realmente tengan posibilidades y
quienes salgan elegidos lo serán porque lograron personalmente los votos
necesarios para llegar y eso significa que deben ganarse esa legitimidad a puro
pulso.
El financiamiento
ilegal de dichas organizaciones políticas se encuentra ya regulado por los
estamentos electorales, pero es necesario que el control se realice durante
todo el proceso, no solo al final, además es importante que se sancione
penalmente los infractores para que la medida sea efectiva, tanto a los
operadores como a la organización misma.
La idea común de que la
democracia depende de la fortaleza de los partidos políticos, es actualmente
falsa, esencialmente porque ya no existen partidos políticos tal como fueron
definidos en el siglo pasado, ya que ninguno se sostiene sobre una militancia leal,
no enarbolan la defensa de una ideología, no tienen una visión particular del
mundo; estas organizaciones políticas tan solo levantan algunas de las reivindicaciones más sensitivas dentro del
escenario social vigente; estas organizaciones, más que políticas deben
llamarse electorales, puesto que solo se activan en época de elecciones; fuera
de las elecciones, si ganaron, quienes se mantendrán activos serán los que
fueron elegidos, de entre los demás, los
más cercanos, estarán optando por obtener un puesto de trabajo bajo la
recomendación de alguno de los elegidos; si perdieron, toda la maquinaria se
mantendrá dormida hasta las próximas elecciones.
Las condiciones
sociales que generaron la existencia de los partidos políticos, en los finales
del siglo XIX, han cambiado completamente, la globalización, internet, la
automatización de la industria, el ingreso del dinero virtual a la economía, el
progresivo e indetenible deterioro del empleo, la corrida de la economía hacia
el sector servicios, han diseminado las clases sociales, tal como se describían
en los clásicos, a las cuales representaban los partidos y en las cuales se
basaba el sistema político existente.
Declarar la
inexistencia de las clases sociales no significa que desaparecieron las
diferencias sociales, los ricos siguen siendo mas ricos y los pobres mas
pobres, así como los ricos continúan explotando a los pobres, simplemente las
antiguas clases sociales se han disgregado en múltiples estratos, no son los
mismos que nos describían los clásicos, no hay más burguesía pura, ni
proletarios, ni pequeña burguesía, los obreros son también estudiantes, los
estudiantes separan tiempo para hacer empresa, incluso las amas de casa se
animan a poner pequeños negocios en su hogar, de manera que se superponen unos a otros en determinados
tiempos y circunstancias, además de estar necesariamente interconectados que
conforman la red que son el cuerpo de nuestra sociedad; ¿cómo se nombran y
cuales son las cualidades de cada uno de estos estratos? Es algo que la
sociología posmoderna esta aun investigando y que las próximas generaciones de
científicos sociales nos darán a conocer, pero hoy no podemos dejar de
reconocer su existencia.
La ventaja del sistema
de distritos electorales es que puede trasladarse fácilmente a las elecciones
regionales y municipales, entendiendo que al ser menor la representación que hay
que cubrir, se tendrá que reunir varios de estos distritos para que elijan a un
candidato.
La democracia necesita
ser rescatada, darle un sentido mas sustantivo a la representación, dejando en
segundo plano la delegación de poderes que ha causado la infiltración de los
corruptos en las instituciones del Estado.
Esta delegación de
poderes es símbolo de la discriminación que nace desde la fundación de la república,
mediante la cual se adjudica una capacidad disminuida para decidir, a la
mayoría de la población, por eso se cierra el circulo del poder dentro de una
elite de “políticos profesionales” quienes serían los únicos con las cualidades
necesarias para decidir qué es lo mejor para el país.
Nuestra democracia, cuyo
sustento ha sido siempre la separación de poderes, necesita ahora un nuevo
cimiento, que es el balance entre mayoría y minorías, porque el poder absoluto
de una mayoría, hemos visto que deviene en una dictadura parlamentaria disfrazada
de democracia; la mayoría debe gobernar, si, pero guardando el respeto por los
espacios de la minoría, las polarizaciones sean políticas o sociales solo
llevan a la crisis y las crisis irresueltas terminan en situaciones violentas
que destruyen la esencia de una nación.
La democracia como
poder del pueblo, debería expresarse en la legitimación de sus representantes,
legitimidad que debe provenir del respaldo a las decisiones que toma,
expresamente tendría que buscarse la aprobación electoral para promulgar cada
ley que se debate en el congreso; es el camino hacia la democracia plebiscitaria,
un paso adelante hacia la sociedad del futuro.
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