martes, 31 de marzo de 2020

EL VIRUS DEL FIN DEL MUNDO


Coronavirus: Symptoms, death rate, where it came from, and other ...
Por  : Manuel Padilla
Todo empezó en China, en un mercado informal en una pequeña ciudad, donde se comerciaba con animales salvajes, uno de los virus animales salto de uno a otro, produciendo una mutación que finalmente afectó a los humanos, se manifestó como una gripe severa, pero afectaba fuertemente el sistema respiratorio y empezó a cobrar víctimas mortales, la trasmisión era de persona a persona y rápidamente se expandió; los infectados pasaron de cientos a miles y decenas de miles, con una velocidad sorprendente, una ciudad tras otra fueron infectadas y los fallecidos llegaron a los miles.
Desde el otro lado del mundo comentábamos las noticias que llegaban desde China, nos parecía increíble, lamentábamos la desgracia que estaban sufriendo, pero no sufríamos ansiedad, China estaba tan lejos y los países comunistas suelen auto aislarse.
Sin embargo los chinos también viajan, visto que la enfermedad tiene un periodo de desarrollo de dos semanas e incluso algunos de los infectados no presentan síntomas pero son portadores del virus y lo contagian, los viajeros que llegaron a Europa e Inglaterra expandieron el virus en esta área, que estaban evidentemente desprevenidas ante un ataque de esta naturaleza, Francia e Italia, los principales destinos turísticos, fueron los primeras víctimas, donde a una velocidad sorprendente se llegó a los miles de muertos.
Pero prontamente los demás países del área también se contagiaron, en el mundo globalizado, las personas se movilizan constantemente, por lo tanto, esparcen rápidamente el virus en todos los espacios donde se mueven.
Mas pronto que tarde, realmente en cuestión de días, la enfermedad cruzo el océano y se hizo presente en Estados Unidos, luego en los países de Sudamérica; los científicos empezaron a buscar una vacuna para la enfermedad, la Organización Mundial de la Salud declaro oficialmente una pandemia global, se comenzó a tomar medidas rigurosas para evitar la propagación del virus, se cierran las escuelas, universidades, prohíben los espectáculos públicos, declaran el estado de emergencia, la cuarentena obligatoria, el toque de queda, el uso de mascarillas, etc.
Los negocios tuvieron que cerrar, primero las industrias no esenciales, los hoteles, las líneas aéreas, las fronteras de países, regiones, provincias estaban cerradas, se prohibió los viajes, los restaurantes y otros pequeños negocios también cerraron por falta de clientes, solo servicios básicos permanecían abiertos, advirtieron a todos que permanezcan en sus domicilios.
Las investigaciones de los científicos develaron que el virus no solo podía trasmitirse de persona a persona, pues podía sobrevivir hasta un par de días en acero, un día en madera y plástico, seis horas en cartón, tres horas en la tela, y hasta una hora en el aire en ciertas circunstancias.
Luego nos llegan las noticias de un continente muy olvidado por todos, África también está sufriendo el azote de esta enfermedad, un continente siempre azotado por plagas y con un sistema de salubridad extremadamente deficiente, ni siquiera llegan datos confiables sobre la cantidad de infectados y decesos.
Pronto vimos que las medidas de cuarentena obligatoria no son suficientemente efectivas, especialmente porque mucha gente no acepta cumplirlo, algunos por soberbia, que quieren conservar su privilegiado modo de vida sin respetar el derecho de los demás; otros que por simple ignorancia son incrédulos de la gravedad de la situación y no prestan atención a las normas que se dictan para contrarrestar la pandemia; otros más, que sienten que, perteneciendo a un sector económico informal,  no pueden dejar de trabajar, porque trabajan con un pequeño capital en efectivo y dependen del ingreso de cada día para su subsistencia.
Después de muchas semanas los gobiernos se dieron cuenta que las medidas restrictivas no funcionan y tampoco la gente aguantaba más encerrada en sus casas, empieza el caos; las personas deambulan en las calles tratando de llegar donde sus familiares para asegurarse que están bien, no hay transporte público, solo los que tienen automóviles particulares tiene facilidad de movilizarse; salen a buscar comida y esta empieza a escasear, igual el agua envasada.
Pasaron unos meses en estas circunstancias y las cosas solo empeoraron, con la rapidez que la enfermedad se propagó, en un comienzo se dijo que afectaba principalmente a las personas de tercera edad, quienes tenían bajas defensas o aquellos individuos que tienen otros procesos degenerativos que debilitan su sistema inmunológico, los jóvenes se sentían inmunes, pero pronto los jóvenes empezaron a enfermar y a fallecer, a continuación, niños y bebes también fueron afectados.
Il Coronavirus diventa pandemia: come interverrà l'OMS? | Salvis ...
Las unidades de hospitalización fueron colapsando una por una, la desesperación de la gente enferma por ingresar a los hospitales creo una emergencia que requirió la intervención de la fuerza pública, pero no fue suficiente, tuvieron que cerrar.
El nuevo virus saltando de uno a otro, esparciéndose por todas las superficies, logró mutar, se volvió más agresivo, la mortalidad de la enfermedad salto desde un inicial 2% luego a un 7% en el punto más álgido y de pronto a un 60% de una semana para otra; los cadáveres sobrepasaron la capacidad de todas la morgues, igual en los cementerios, los enfermos empezaron a caer muertos en las calles, se comenzó a tirar los cadáveres en fosas comunes, muchas veces sin haberlos identificado debidamente.
Todo empezó a salirse de control a partir de entonces, la gente entró en pánico, esta vez realmente no querían salir de sus casas, no querían toparse con otras personas, empezaron a saquear las tiendas, primero por alimentos, pero cuando se dieron cuenta que la policía y los militares no se daban a vasto para la vigilancia, saquearon todo tipo de tiendas, de ropa de artefactos, de herramientas.
El hecho es que desde que el virus se transformó tan agresivo, que tanta gente estaba muriendo, las mismas fuerzas de seguridad, militares y policías, encargados de mantener el orden en las calles, empezaron a enfermarse, muchos de ellos a morir también, entonces el miedo se apodero de ellos, como seres humanos temían por sus vidas, por las de sus familias, y la deserción del servicio afectó importantemente el patrullaje urbano y como consecuencia la efectividad de la seguridad ciudadana.
Las personas en las ciudades sucumbieron al miedo, aparte de recluirse en sus hogares, tuvieron que armarse, los que tenían armas de fuego las sacaron de sus estantes, los que no, prepararon sus garrotes, de madera o de metal, sus cuchillos más grandes, pusieron trampas en sus puertas, cualquier cosa que les sirviera para defenderse de posibles atacantes.
Lo peor llego a su punto cuando los representantes del gobierno empezaron a caer enfermos y a morir, muchos países se quedaron sin gobernantes, nadie se hizo responsable de dictar leyes o tomar medidas, fue el punto en que todos entendimos que la voz de “sálvese quien pueda” había sido dada.
Bandas armadas comenzaron a recorrer algunas partes de las ciudades, buscando recursos a cualquier costo, muchas conformadas por delincuentes que trataban de controlar un sector de territorio, pero también de personas honestas desesperadas al extremo y que solo buscaban obtener lo necesario para la supervivencia de su familia.
Poco a poco fueron colapsando todos los servicios, así como el de seguridad, la limpieza pública,  municipalidades, ministerios y cortes de justicia todos cerraron sus puertas, con la caída de la red eléctrica, también la telefonía y el internet por supuesto, los hospitales dejaron de atender, no solo por falta de espacio, también por falta de recursos y medicinas, sino también por la falta de personal que huyó de los servicios para ir a cuidar de su familia; uno de los últimos servicios en faltar fue el de agua potable, por alguna razón las personas a cargo de las plantas de agua permanecieron en sus puestos hasta el último, quizá sintieron la responsabilidad que su labor significaba para la civilización.
Con la caída del sistema financiero, todos los trillones virtuales de la bolsa de valores desaparecieron de un minuto para otro, como por arte de magia, con los bancos cerrados, el dinero perdió todo su valor, era solo un trozo de papel sin significado; oro, plata, diamantes y otras joyas, dejaron de significar valor, eran solo unos adornos bonitos, pero lo que necesitaba urgentemente la gente era alimentos y otros esenciales.
Si algo bueno trajo el virus, fue eso, igualó a tabla rasa a todos los seres humanos, no había ricos y pobres, las diferencias de bienes entre unos y otros era demasiado insignificante como para empoderar a un grupo privilegiado.
Desde entonces las familias vivieron en una agonía por aislarse, para no infectarse, además de buscar un lugar seguro donde protegerse de los asaltantes y la necesidad de salir de sus refugios para buscar alimentos para su subsistencia.
Los muertos en las calles ya no solo fueron a consecuencia de la enfermedad, a estos se sumaron las victimas de las balaceras y enfrentamientos por el control de territorios o por la lucha para obtener provisiones.
Las ciudades se convirtieron en una jungla, donde supervivía el más fuerte o el mas astuto; en el campo la situación es un poco diferente, la gente rural siempre ha estado acostumbrada a vivir un poco aislada, y muchos tenían una economía de auto subsistencia; pero, aun así, muchos de los servicios necesarios para sus actividades fueron cortados, la supervivencia significó reducir ostensiblemente sus necesidades y un chocante cambio en su forma de vida; nada nunca volvió a ser igual.
Todo esto sucedió muy rápidamente, en promedio estos cambios en el mundo ocurrieron en poco mas de un año desde la explosión del virus en China, el tiempo varió un poco más o un poco menos según los países y regiones, según la capacidad que tuvieron los tejidos sociales para enfrentar la crisis; el hecho concreto es que nadie se imaginó, como solo se veía en las películas de ciencia ficción, que esto nos podría pasar y de un modo tan precipitado.
Finanzas para niños? Estos conceptos les puedes enseñar para que ...
Todo me hace pensar que fue allí, en el campo, donde surgió la semilla de la nueva sociedad; es que ellos fueron los primeros en intercambiar sus productos para satisfacer sus necesidades, con el tiempo vieron la necesidad de organizarse para coordinar su comercio y también para poder brindarse un apoyo uno a otro.
Cuando los abastecimientos comenzaron a acabarse en las ciudades, cada vez resulto más difícil encontrar alimento, entonces las familias empezaron a mirar hacia el campo, la emigración fue lenta, salir hacia un futuro incierto, para empezar desde cero nuevamente, es muy difícil, los citadinos no estaban acostumbrados a la forma de vida rural, pero además tenían mucho temor de abandonar la cobertura de seguridad que les brindaban sus estructuras de concreto.
Pero junto con los citadinos hambrientos también llegaron algunas bandas de asaltantes que ya no encontraban nada más que robar en las ciudades, hicieron barbaries en algunas granjas, pero los granjeros pronto usaron sus propias organizaciones para defenderse, se armaron y construyeron un sistema de alarma que movilizaba los grupos de defensa en la dirección adecuada; así lograron erradicarlos del campo.
Poco a poco los inmigrantes en el campo se fueron incrementando, con el tiempo se fueron adaptando velozmente a la vida rural, gracias a que la falta de tecnología hizo que la mano de obra sea más necesaria para la producción agrícola encontraron una forma de sobrevivir.
La agresividad del virus se vio cercada por el aislamiento, pero además también ayudo a socavar el poder de las bandas armadas, ya que muchos de ellos fueron victimas de la enfermedad al exponerse en los espacios abiertos.
En solo poco mas de un par de años pudimos decir que no hubo mas infectados por el virus, pero la población mundial se había reducido drásticamente en este corto periodo de tiempo, el índice de supervivencia estaba alrededor del 40%, una alta tasa de fallecidos no solo por el virus, sino que a esto se sumó los que murieron por otras enfermedades comunes las cuales, a falta de medicamentos y centros de salud, no pudieron ser tratados, y también por los muertos a causa los enfrentamientos con las bandas armadas.
Luego de toda una etapa de desarrollo, muchos de los citadinos inmigrantes empezaron el retorno, grupo tras grupo, tomando control de ciertos espacios, aplicando lo aprendido en sus grupos de supervivencia en el campo, conservaron el tipo de organización comunal que cumplió su función en la peor época de la crisis; si algo aprendimos de la crisis es que no podemos confiar las decisiones en supuestos caudillos, que finalmente cuando se ven afectados solo defienden sus intereses particulares, ahora conocimos en carne propia que la responsabilidad de las decisiones recae en cada uno de nosotros.
Conforme los grupos urbanos se fueron asentando en diferentes sectores de las ciudades, vieron la necesidad de integrarse, de coordinar suficientemente sus acciones para asegurarse que el abastecimiento desde el campo sea suficiente, se distribuya eficientemente y se mantenga el orden establecido.
Una vez que se asentaron en las ciudades y sus grupos organizados se integraron, tuvieron que enfrentar no solo los retos del abastecimiento, sino los de una estructura social, los mecanismos de control y sanción tuvieron que crearse; la red social requería de un gobierno, pero dado que ningún grupo estaba dispuesto a ceder el poder a otro, surgieron los liderazgos en cada sector, más la idea de grupo no permitió que se convirtieran en caudillos, se construyó un tipo de federación, donde cada cual conserva su autonomía, pero sin embargo se someten a una autoridad central; un sistema de justicia con parámetros concertados también surgió de la necesidad.
Retornar a las ciudades significó también que se necesitaba crear los procedimientos para retribuir los suministros que reciben del campo; la primera preocupación fue ir restituyendo poco a poco los servicios de agua potable y electricidad, la red de comunicaciones fue a continuación, pero pronto esto no fue suficiente, se tuvo que encontrar a los equipos experimentados y encomendarles la reactivación de algunas industrias; locales, maquinarias y programas informáticos empezaron a funcionar acá y allá en manos de los grupos calificados, una nueva forma de organización nacida de la cruda realidad.
En un inicio la relación entre campo y ciudad se estableció mediante el intercambio, en la situación post crisis, no se ponía mucho hincapié en la medición del balance de este intercambio, porque primó a necesidad de la solidaridad; pero con el correr del tiempo tuvo que establecerse un medio de cambio justo, por ese camino, como siempre, surgió la moneda, más específicamente el dinero y con él,  por supuesto, el sistema financiero, solo que esta vez no fue un capitalista poderoso quien manejaba los hilos, ni un grupo privilegiado, ni una corporación anónima, hoy el sistema financiero es manejado por los especialistas designados por las comunidades en cada región, una especie de cooperativas de las que se conocían antes, pero mejorada, los sistemas de control de las decisiones financieras están firmemente ligadas a los organismos de gobierno de cada región.
La desaparición en un inicio de la fuerza publica y los procedimientos de control,  condujo, con el reasentamiento, al nacimiento de las nuevas organizaciones comunales, las cuales reconfiguraron totalmente las fronteras tal como las conocíamos, así como cada grupo organizado reclamo su autonomía respecto de los otros, las comunidades organizadas entre estas también la reclamaron para sí, así como las provincias, las regiones y las confederaciones mas amplias, para luego conjugar todas en un tipo de congreso mundial, parecido a lo que era la Organización de Naciones Unidas antes, pero con verdaderos poderes de decisión.
Son más de cinco años ya desde que se inició la plaga viral, la población ha disminuido ostensiblemente en ese periodo, pero creo que, después de esa experiencia, hacemos un uso más racional de los recursos que nos brinda la naturaleza y podemos decir que tenemos una civilización sustentable, en nuestro mejor esfuerzo.
Los servicios se han restablecido completamente, los negocios volvieron a prosperar, las familias a florecer, todo parece volver a funcionar como siempre; bueno, no como siempre, creo que mucho mejor, las nuevas formas sociales que hemos creado, parecen funcionar mejor, más justas, hay todavía muchas fallas en el sistema y hay mucha gente que no se adapta completamente, tenemos problemas con las fuentes confiables de energía, pero, aun así, la deconstrucción de nuestra sociedad fue positiva.
Lo que tengo que decir es que ojalá hubiéramos aprendido de una manera mas fácil, que no nos hubiera costado tantas vidas, que nos hubiéramos dado cuenta de que el sistema no soportaba más la carga social y que la naturaleza nos cobra todo lo que extraemos de ella.
Aun hoy día permanece, entre los sobrevivientes, la hiriente sensación de que todo lo que sufrimos fue solo una horrible pesadilla, pero, cuando volvemos a la realidad, sentimos también el peso de la responsabilidad de llevar adelante este proyecto que se construye día a día, por la memoria de todos aquellos seres queridos que perdimos en este camino.


miércoles, 25 de marzo de 2020

¿QUE TIPO DE PERSONA ERES?


Image result for cuarentena peru
El corona virus ataca el mundo, es una pandemia que esta costando decenas de miles de muertos hasta el momento, las consecuencias que arrastra para la población son severas, las medidas de restricción de movimiento, el recorte de horas de trabajo, la escasez de algunas provisiones básicas, todo ha hecho cambiar drásticamente el modo de vida de la gente, lo peor, esto sucede de un momento a otro, la sociedad humana está evolucionando.
El virus se trasmite de persona a persona, y se propaga muy rápidamente, consecuentemente la mortalidad también se eleva en directa proporción a la cantidad de infectados, la única manera de combatirlo es el aislamiento social, una cuarentena obligatoria, cuanto más estricta será más efectiva, si logramos que el virus no se trasmita, acabará su reproducción y no habrá más muertes.
Pero esta crisis ha desarrollado una serie de distintas respuestas en las personas, demostrando la clase de persona que cada individuo a cultivado en su interior.
Cuando empezó la escasez de provisiones, vimos una fila de gente en los supermercados tratando de llevarse cantidades de papel higiénico, desinfectante de manos, toallas de papel, mascarillas, pero también productos a primera necesidad como el agua y otros alimentos; dejando los estantes desabastecidos y a las demás personas sin posibilidad de abastecerse; son las personas que se cierran totalmente en su egoísmo, no les importa el bienestar común, solo se cuidan de proveer a su circulo interno y para ello son capaces de pisotear a todos los que se les pongan en el camino.
También están los soberbios, que sienten que son invulnerables, que se lo merecen todo, no necesitan que nadie les diga que hacer porque ellos hacen lo que quieren, por lo tanto no tienen que obedecer la cuarentena, ni el toque de queda, ellos harán lo posible por resguardar su modo de vida sin sacrificios, salen a correr, a pasear a sus perros, a tomarse una cerveza, sin considerar el peligro en que ponen, no solo a ellos mismos, sino a mucha mas gente que pueden llegar a morir por esta enfermedad.
Hay otros, que por ignorancia, víctimas de una sociedad que invierte muy poco en educación, que informaliza el sector laboral, dentro de un sistema que se soporta en un pirámide fuertemente estratificada donde los mas pobres carecen de derechos fundamentales; de aquí salen los personajes que justifican su negligencia como una rebeldía hacia un sistema que no los tiene en cuenta, como si el gobierno o cualquier clase de políticos fueran responsables de la enfermedad, el virus ataca a ricos y pobres, jóvenes y viejos, mujeres y hombres, sin embargo se escuchan frases como: ”si no trabajo no como” “ese virus solo ataca a los viejos” “el virus solo sale de noche” “eso es invención del gobierno” y otras más alucinantes,  que se repiten cada día en algunas partes de los barrios populares; no alcanzan a entender la gravedad de la situación que estamos atravesando, salir a hacer sus trabajos habituales no solo pone en riesgo a la persona y su familia sino que esparcen el virus en el ambiente e infectan a mucha mas personas, logrando que la curva de crecimiento de la enfermedad no descienda y las medidas de emergencia tengan que prolongarse mucho más, con un incremento de las víctimas fatales.
En medio de todo esto, están las personas que desde un principio hicieron una cuarentena voluntaria, responsablemente, para evitar contagiar a otros, sabiendo que son individuos de riesgo por haber viajado o haber tenido contacto con personas que viajaron el extranjero en los últimos días.
Están también las personas que observan fielmente la inamovilidad domiciliaria obligatoria decretada por el gobierno, porque entienden que es la única manera de frenar la pandemia, aunque esto signifique, en muchos casos, sacrificar sus ingresos, aun siendo mínimos e indispensables, tratando de tomarlo con serenidad y salen a sus ventanas a cantar, aplaudir o simplemente saludarse y darse apoyo mutuo con los vecinos.
Así mismo las personas que solidariamente están compartiendo los pocos abastecimientos que poseen con sus vecinos menos afortunados.
Vemos también a los vecinos que ofrecen bebida y alimento a las fuerzas del orden que están custodiando sus barrios, arriesgándose a contagiarse y dedicando largas horas a enfrentar a la gente que no entiende que debe acatar las medidas dispuestas.
No podemos dejar atrás tampoco a los mas sacrificados, que tienen que salir a trabajar largas horas, en los servicios de salud, seguridad, limpieza y otros servicios básicos, poniéndose voluntariamente en la línea de riesgo para asegurar esos servicios para todos nosotros.
Tiempos de crisis como la presente saca a relucir los sentimientos mas profundos de nuestra personalidad, en momentos como este nuestro instinto de supervivencia se divide en dos ramas, los que son capaces de hacer lo que sea por sobrevivir como individuo y los que ven el bosque más allá de los árboles, los que entienden que la supervivencia del ser humano viene siendo posible, desde los tiempos prehistóricos, gracias a la sociedad, porque actuamos y nos defendemos como grupo, gracias a la solidaridad, de otra manera nunca hubiéramos llegado hasta hoy.
Vivimos hoy una pandemia global que esta matando decenas de miles de personas en el mundo entero, como consecuencia mucha gente esta perdiendo sus trabajos, los alimentos y otros productos importante empiezan a escasear, esta creciendo la ansiedad y desesperación en mucha gente frente a la incertidumbre de cuanto mas va a durar esto.
En medio de este escenario ¿ya has definido que tipo de persona eres tú?


sábado, 14 de marzo de 2020

PAGANDO LOS TRIBUTOS

Resultado de imagen de impuestos


Nos inunda un sentimiento de enojo cada vez que toca pagar los impuestos, aunque tenemos una de las tasas más bajas de contribución, además que buena parte de estos se cobran ocultos en cada simple compra que hacemos.
En Estados Unidos y otros países, cada artículo o servicio que compras tiene un precio marcado, pero cuando te acercas a pagar, en tu recibo te cargan los porcentajes de impuestos tanto locales como nacionales, de tal manera que tú sabes exactamente cuánto estas contribuyendo cada vez.
También somos el país que, debido a la gran tasa de informalidad laboral creada por el decenio fujimorista, tiene una de las bases tributarias más estrechas de Latinoamérica.
Sin embargo, nos enoja mucho cada vez que el gobierno decide incrementar en un punto o dos los impuestos en cierto rubro, sentimos que nos meten la mano al bolsillo para robar nuestro dinero.
¿Cómo se funda un Estado representativo de una nación para construir una estructura funcional que el permita sobrevivir como colectivo social?
El origen del impuesto que cobran los estados a sus ciudadanos se remonta a la época de la formación de las monarquías, cuando los señores feudales mandaban a sus soldados a recorrer las aldeas de su jurisdicción recolectando el tributo que les era impuesto, el cual justificaban por el permiso para usar sus tierras y la protección que les brindaban contra los depredadores; estos a su vez debían enviar un tributo al rey que gobernaba la región y que les brindaba la autoridad sobre sus territorios y protección frente a los extranjeros.
Con la fundación de la republicas, el tributo se convirtió en un fondo público, el cual los gobernantes elegidos deben usar para satisfacer las necesidades comunes de los ciudadanos.
Pero con el advenimiento del capitalismo moderno, este fondo público se convirtió en un botín con el cual los gobernantes corruptos negocian, especialmente con grandes empresas constructoras o las que ofrecen los diversos servicios que necesita el Estado, para su beneficio personal.
La modernidad y prosperidad de un Estado depende del monto de recursos que logre recaudar así como de la eficiencia con que los administre, esto se convierte por sí mismo en un círculo, que puede ser vicioso o virtuoso, puesto que el tributo es un porcentaje de la riqueza producida por la sociedad, cuanto más invierta el Estado en construir prosperidad, más se incrementara su recaudación, lo que se reflejara en mayores oportunidades para desarrollar el progreso de sus ciudadanos; por el otro lado si el Estado toma malas decisiones con la inversión, la prosperidad de sus ciudadanos será menoscabada, por tanto la recaudación será reducida y tendrá pocos recursos para invertir.
Los estados modernos más desarrollados mantienen una tasa impositiva relativamente alta, sosteniendo proyectos de inversión exitosos, de tal manera que los ciudadanos pueden sentir los beneficios que traen sus tributos.
En el Perú, los impuestos son cobrados con gran discriminación, el sistema pone mucha presión en los pequeños contribuyentes y se pone más flexible con las grandes empresas; un extenso sector de trabajadores permanece en el sector informal, lo que no solo significa que no reciben ningún beneficio laboral, sino que además, no son afectos al tributo; a esto hay que sumar la alta tasa de evasores, ya que no existe un sistema central organizado para realizar un debido control, así como las exoneraciones brindadas por legisladores prevaricadores a los consorcios internacionales, siguen en línea las autoridades corruptas que medran del erario nacional para enriquecerse individualmente.
En el marco de esta realidad, con lo poco que se dispone para inversión, los servicios que el Estado puede brindar son pocos y más aún, de aquellos pocos son mal prestados, solo como ejemplo la atención en los hospitales, la educación en los colegios del estado, la seguridad ciudadana, el mantenimiento de pistas y veredas, etc. etc.
Esta realidad se hace tan evidente para la ciudadanía que genera un ascendente sentimiento de rechazo a todo lo que significa acción del gobierno.
Transformar esta realidad requiere acciones radicales desde el gobierno, lo primero que se necesita es dar los pasos para combatir la informalización; ¿Qué significa esto? Por ejemplo, para empezar, que todas las empresas, grandes, medianas, pequeñas o incluso las microempresas unipersonales, estén registradas en una base de datos centralizada, así como sus respectivos trabajadores; lo cual implica que todo negocio debe ceñirse a ciertas normatividades de seguridad y salubridad, de acuerdo al tipo de negocio y la amplitud del mismo, así como una serie de derechos laborales que les corresponden a sus trabajadores.
Fue la dictadura fujimorista, con el shock financiero, la que en la década de los 90, arrojo a millones de trabajadores a la calle, fomentando el crecimiento exponencial de los micronegocios, como medio de supervivencia, los cuales rompieron con todas las regulaciones económicas y laborales, incluso cambiando drásticamente el modo de vida de las ciudades; lo comprobamos cada día en el caos de trafico urbano, los servicios de salud y educación, así como la forma como tuvieron que reorganizarse los núcleos familiares ante la crisis; ahora toca, a esta generación y las siguientes, revertir esta situación y deconstruir el país.
Por supuesto esta es una tarea titánica en un país como Perú, donde la informalidad ha alcanzado mas del 50% de la economía, no podemos esperar que se resuelva de un año para otro, pero hay que empezar a dar los pasos necesarios, y es solo uno de los primeros que nuestro país necesita.
Otra tarea imprescindible es ampliar la base impositiva, es decir, necesitamos más gente que page impuestos, la idea básica es que todos, hasta el mas simple ciudadano, debe contribuir al sostenimiento del Estado, porque todos, de una u otra forma disfrutamos de los servicios que el Estado nos brinda, ya sea con las carreteras, las señales de tráfico, las veredas, los parques, el recojo de basura, hospitales, colegios, policía, sistema judicial, etc.
Si los servicios que nos brinda el Estado son muy deficientes, es debido a que no hay suficiente presupuesto para atender las necesidades, lo que nos lleva a que no estamos contribuyendo lo suficiente y/o que las autoridades a cargo están malversando el dinero, lo que nos lleva a otra de las tareas que necesitamos cumplir, de la cual vamos a hablar párrafos abajo.
Un tercer paso es invertir la pirámide tributaria, el actual sistema impone una tasa plana para todos los contribuyentes, lo que implica una igualdad de condiciones, pero en un país diverso como el nuestro la igualdad es injusta, ¿han visto Uds. aquella caricatura, donde se ve a tres niños, de diferentes tallas de altura, tratando de ver un partido de futbol por encima de una valla?  cuando se les da a cada uno de ellos un cajón de madera para que trepen sobre ellos y puedan espectar el partido, uno de ellos, el más pequeño, no alcanza la altura para poder ver sobre la valla, el segundo, de mediana altura, puede verlo cómodamente, mientras el tercero, el más alto sobrepasa largamente la altura de la valla para ver el partido, fueron ayudados en igualdad pero el resultado no fue justo; cuando se le brinda al mas pequeño, dos cajones, al mediano, un cajón y al tercero, el mas alto ninguno, pues con su altura puede cómodamente superar la valla, los tres obtienen el beneficio requerido para poder lograr su objetivo, eso es equidad; y  equidad es lo que se requiere cuando tenemos la diversidad que presenta nuestra patria.
Quiere decir entonces, que, así como todos, desde el mas grande hasta el mas pequeño trabajador del país debe contribuir, la tasa de imposición debe ser diferente en cada caso, los que tienen mayores ingresos deben pagar una tasa mayor, mientras que los que tienen escasos ingresos les corresponderá una tasa significativamente menor, en una escala que guarde relación directamente proporcional al monto de sus ganancias.
El hecho de que se aplique una tasa igualitaria a toda la población provoca de hecho una desigualdad, siendo un pequeño porcentaje de los contribuyentes los que se posicionan en la escala de los mas altos ingresos, aunque individualmente se encuentren pagando mayores cantidades en impuestos, cuando los comparas con la gran mayoría de contribuyentes de bajos y medianos ingresos, en su conjunto terminan siendo estos últimos quienes sostienen a mayor carga tributaria frente al monto de contribuciones que aportan los más acomodados.
Es esencial percatarse de que para alguien que gana 10,000 contribuir con el 5%, o sea 500, es bastante cómodo, porque no recortara más allá de algunos gustos extra; mientras que para alguien que gana 500, desprenderse del 5%, o sea 25 afectará mucho más significativamente su presupuesto, ya que está en límite de lo básico.
Es esencial, además, empezar a trasladar la carga desde los impuestos indirectos, los que nos hacen pagar a todos por igual, cada vez que efectuamos la más mínima compra, desde un simple caramelo, hasta un carro de lujo, una igualdad que nos hace vivir la inequidad, hacia los impuestos directos, que son mas personalizados e inciden en los recursos individuales.
Un cuarto paso a tomarse es reconsiderar seriamente todas las exoneraciones otorgadas; especialmente a las grandes corporaciones internacionales, nadie que hace negocio en el país debería estar exonerado de contribuir al fisco, puede existir circunstancias extraordinarias que merezcan este trato especial, pero deben ser casos muy estudiados, fuertemente fundamentados, por periodos cortos y con normas de operaciones debidamente estipuladas.
Hablamos, por ejemplo, de situaciones de emergencia en la agricultura, urgencias del sector salud, necesidades básicas en el sector educación; podemos considerar también, como se viene haciendo, el impulso a ciertas exportaciones y el fomento de la inversión extranjera, pero, como vengo repitiendo, con regulaciones muy severas y fuerte control de sus operaciones, no se trata de abrir las puertas de par en par invocando su presencia con la promesa de ganancias desmedidas, en contra del beneficio de la población.
El quinto paso será construir un aparato de recaudación amplio y fuerte, con toda la información centralizada de los contribuyentes; simplificar los trámites para formalizar las empresas, concentrando los requerimientos en lo que se suele llamar “ventanilla única”, reduciendo significativamente el tiempo y los costos administrativos.
Incrementar la presión para inducir a todos los trabajadores a estar registrados debidamente en la base de datos fiscal, lo que significa plantear sanciones severas a los evasores y una extensa red de equipos de inspección, en los diferentes niveles de la sociedad, que aseguren el cumplimiento de las regulaciones existentes.
El sexto paso, no por esto menos importante, ni menos urgente, se refiere uno de los problemas endémicos en nuestra sociedad, la corrupción, ninguno de los pasos anteriores tendrá un efecto determinante si las autoridades encargadas de la ejecución de las obras dilapida los fondos innecesariamente o las ofrecen sobrefacturadas y sin cumplir con los estándares requeridos, lo que significa que no funcionaran y/o que no tendrán la duración que debe esperarse en cada caso, a cambio de sobornos y beneficios personales o de grupos particulares.
Combatir la corrupción requiere una acción especializada y estrechamente coordinada entre la contraloría, la policía, los equipos fiscales y los jueces, para ejercer una acción efectiva y eficaz contra los malos funcionarios del Estado, disponiendo duras penas a los infractores, que sustraen el beneficio público, dando un ejemplo con la severidad y celeridad, para desincentivar estas acciones criminales; pero paralelamente necesitamos tomar una certera iniciativa en el sector educativo, acerca de nuestra preparación cívica, no solo el conocimiento de nuestros derechos y deberes como ciudadanos, sino también la completa información sobre el funcionamiento del Estado y las reglas de convivencia social, más específicamente lo que significa para cada individuo vivir dentro de una sociedad humana; mas aun, reforzar los valores morales y éticos de la persona que son los pilares fundamentales de esta sociedad.
Una exposición un poco extensa, pero cuyo objetivo es remarcar la importancia de los tributos, lograr de que el ciudadano pueda reconocer la necesidad de acatar su carga impositiva, basta darse cuenta que los países mas desarrollados, son precisamente quienes tienen las mas altas tasas tributarias, demostración del círculo de retroalimentación antes descrito.