lunes, 19 de junio de 2017

PPK EN SU SOLEDAD


La crisis política que se está procesando en el país está por explotar en cualquier momento, el fujimorismo continúa presionando cada vez con más fuerza al gobierno, lograron la censura de Saavedra, su ministro de educación, forzaron la renuncia de Vizcarra, su ministro de transportes y vicepresidente,  le plantaron una bomba de tiempo con la ley de homologación de los haberes para los pensionistas de las FFAA y PNP, lo tienen amenazado con la censura de Thorne, su ministro de economía, y Basombrío, su ministro del interior es el siguiente en la lista, sin mencionar a su contralor y claro el bloqueo de todas sus iniciativas en el congreso.
Hay tres escenarios posibles que pueden desarrollarse en estas condiciones, y ninguno de ellos es bienaventurado; en el primer supuesto, PPK se somete a las presiones y libera al reo japonés, luego nombra a incondicionales fujimoristas en puestos claves del gobierno, solo para darle el gusto de poder que se le quedo atracado en el guargüero a la hija del reo; pero para ello enfrentará una decidida rebelión en las calles por la liberación del reo y el movimiento NOAKEIKO se fortalecerá enormemente retando el abuso de poder de la hija del reo; consecuencia: una situación de ingobernabilidad, caos en las calles, desprestigio internacional, caída de las inversiones, desestabilización de la economía.
En el segundo supuesto, los fujimoristas acorralan al gobierno con su bloqueo congresal, logran la vacancia presidencial, censuran al gabinete y el presidente del Congreso asume el control del país llamando a nuevas elecciones; con PPK fuera de juego, el APRA y el PPC hundidos por los casos de corrupción, el FA dividido con un Arana que no representa a nadie, UPP recién tratándose de organizar, sin candidato de fuerza y el MNP sin posibilidades de inscribirse a tiempo, Guzmán con su partido morado (que sería mejor descrito como un club de fans) o Barnechea por AP, se presentan como única alternativa frente a los naranjas, con pobres posibilidades si hay que decirlo; ante la débil oposición, el fujimorismo se proyecta ganador absoluto en el ejecutivo y el legislativo;  el asalto al poder se concreta, liberan al reo japonés y se restaura el imperio; consecuencia: retrocedemos a la salita del SIN, control de la prensa, tráfico de drogas, tráfico de armas, mas corrupción, defraudación del fisco, desaparición forzada de los líderes de la oposición; rebelión en las calles, ingobernabilidad, desprestigio internacional, caída de las inversiones, desestabilización de la economía.
En el tercer supuesto, PPK decide enfrentar a la aplanadora naranja, inicia una operación fiscal para hacer caer cabezas entre los líderes fujimoristas, plantea cuestión de confianza en defensa de sus ministros y cierra el Congreso llamando a nuevas elecciones legislativas; sin contar con una organización cohesionada a nivel nacional, a pesar que su acción le haga ganar puntos en la población, los naranjas le ganan la iniciativa en las calles, con la oposición desunida y desorientada, nuevamente los fujimoristas tendrán la oportunidad de polarizar las contradicciones y hacerse pasar por víctimas; consecuencia: caos y enfrentamiento en las calles, ingobernabilidad, desprestigio internacional, caída de las inversiones, desestabilización de la economía.
¿Un túnel sin salida?
Hagamos ejercicio de la esperanza utópica, si dejáramos que Keiko logre la vacancia presidencial, llamando a nuevas elecciones, y MNP con Verónica corrieran con suerte de alcanzar las firmas necesarias para su inscripción en tiempo récord,  para luego formar un frente de izquierda con UPP y los restos del FA,  los morados y AP hicieran un frente de centro, y ambos estuvieran de acuerdo para  enfilar sus cañones contra el fujimorismo, destapando públicamente lo peor de la corrupción que les compete, quizá entonces viéramos la luz al final del túnel.
Por ahora, siendo más realistas, debemos prepararnos para la severa crisis política que se avecina, la debilidad del régimen demuestra la total incapacidad de los tecnócratas, que solo ven números e ignoran la trascendencia del ser humano, PPK demuestra ser un timorato inhábil para gobernar; tenemos hacia adelante dos etapas que cumplir, primero, a corto plazo estar preparados para las consecuencias del estallido de esta crisis, y segundo, a mediano plazo  construir una organización política que sea capaz de presentar una alternativa viable, desde la izquierda, a la situación del país.


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