jueves, 1 de junio de 2017

IZQUIERDA UNIDA O UNIDAD EN LA IZQUIERDA?


La unidad de la izquierda en el Perú ha sido, desde hace tres décadas, un sueño irrealizable, muchos han sido los intentos desde entonces, unos mas serios que otros, unos más honestos que otros, pero todos fracasaron empantanados en las disensiones y personalismos que han caracterizado el sector.
La razón principal ha sido siempre la visión cortoplacista de sus dirigentes, hacen sus pequeñas campañas en sus respectivas áreas de influencia y cuando faltan un par de semanas para el cierre de las inscripciones hacia la carrera electoral, se desesperan por buscar alianzas y formar frentes comunes.
En todos los casos se ha tratado siempre de alianzas electorales, con la mirada fija en obtener algunos puestos en el Congreso o un sillón municipal, o un gobierno regional, jamás han pensado en gobernar el país, lo cual requiere de una extensa planificación y un trabajo político de varios años direccionado sobre esta meta.
Las alianzas que se han logrado han estado frecuentemente contaminadas en primer lugar por las exigencias electorales, y en segundo lugar por las mentes estrechas de algunos dirigentes que hacen cuestión de estado por defender sus privilegios de secta, como dice el dicho: prefieren ser cabeza de ratón que cola de león.
Las discusiones acerca de la unidad se inician con el reclamo cuantas posiciones dentro de la dirección le va a tocar a cada cual, cuales cargos van a ocupar y por supuesto quienes van a ser los candidatos para las elecciones; los puntos de principios, programas de acción y visiones del mundo, resultan secundarios.
La unidad de la izquierda, planteada desde este punto, resulta convirtiéndose en un mito, una unidad pegada con mocos y babas no resiste la menor presentación; alguien me menciono, después de las pasadas elecciones, que a pesar de los buenos resultados obtenidos por el Frente Amplio y el favorable campo que este abrió para la izquierda dentro de la ciudadanía, habíamos tenido mucha  suerte de que Verónica Mendoza no hubiera salido elegida, puesto que un eventual gobierno del FA hubiera caído en desgracia desde sus primeras acciones, donde se hubiera destapado la olla de grillos en su interior, desencadenando una carrera de ambiciones de poder, hundiendo para siempre las esperanzas de una buena parte de nuestro pueblo.
Hay que empezar por plantearse una unidad que trascienda las metas electorales, construyendo una estructura pensada no para los siguientes meses, debemos ampliar nuestra visión hacia lo que queremos para los siguientes veinte años, crear un programa de gobierno realista, no pensando en ser oposición toda la vida, porque gobernar requiere tomar las responsabilidades de como nuestras acciones van a afectar a todo el Perú, entendiendo que no se gobierna para los militantes de tu partido, ni para los que votaron por ti,  sino para todos los habitantes del país.
El proceso de unidad necesita una opción altruista, la humildad y sinceridad de los concertantes, no entrar con el pie en alto a pelear por cuotas de poder, cargos o candidatos, más bien dispuestos a ceder posiciones, pero decididamente firmes en cuanto los principios tanto éticos como políticos.
Desmitificar la unidad de la izquierda en el Perú, pasa por fortalecer nuestras propias organizaciones, si no logramos en primer lugar construir una organización cohesionada y con metas claras, poco vamos a poder aportar a un proceso de unidad con otras organizaciones en las mismas condiciones; por esto podemos decir que el éxito de la unidad no se mide en cuantas pequeñas o grandes organizaciones se suman al proceso, sino de la calidad de las mismas.
Otro punto no menos importante es el grado de nuestra democracia interna, como militantes de izquierda defendemos la democracia como método para llegar a transformar la sociedad hacia la justicia y la equidad; pero, por sentido común, se enseña con el ejemplo, no con la palabra; si no somos capaces de enriquecer nuestras organizaciones con una amplia democracia, no habrá forma que nadie nos crea los ideales que deseamos inculcar para el resto de la nación.
¿En este punto es deseable la unidad de la izquierda?... ¡claro que sí!... es más… es necesaria, cada vez con más fuerza; pero vamos a enfrentar el reto con responsabilidad, no se trata de juntar perro, gato y pericote; no se trata de una junta de notables encerrados bajo cuatro paredes jugando sus intereses sobre la mesa; se trata de dar forma a una organización que represente los anhelos de justicia de la patria entera,  ¡vamos a dar la lucha!


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